Artículo publicado en Expansión el 8 de junio de 2011.
Como era de esperar, después de las elecciones han sonado todas las trompetas de reducción del gasto público. Se debería haber hecho hace ya tres años, pero en fin, más vale tarde que nunca. Los datos son claros, la administración pública (AP) se gasta unos 490 millardos (miles de millones), casi el 50% del PIB. Y se gasta unos 90 millardos más de lo que ingresa. Tienen que pedir prestado y los prestamistas cada vez son más remisos. Parece una tarea gigantesca lo de reducir el gasto. Aquí van algunas sugerencias de modo telegráfico y por orden de importancia.
1. Saber con exactitud cuánto se gasta la AP. Ya sé que son miles de organismos en la administración central, autonómica, ayuntamientos y seguridad social. Pero también somos 20 millones de contribuyentes y Hacienda sabe perfectamente cuánto ingresamos cada uno. Se puede y se debe conseguir. La informática está para algo.
2. Utilizar un formato de cuentas comprensible. Como cualquier empresa. Cuenta de resultados por un lado: gastos e ingresos devengados. Balance, por otro lado, con lo que está pendiente de cobrar y de pagar y las inversiones que se hacen. No es tan complicado. Y no mezclar los dos conceptos. No vale decir, como se hace ahora, que lo que me he gastado es lo que he pagado. Así, basta con retrasar el pago para mostrar un gran superávit… que es falso. ¿a quién vamos a engañar?
3. Publicar cada trimestre las cuentas, para que el ciudadano las vea. Si esto es lo que se pide a las empresas, ¡cuánto más a la AP, que maneja el dinero de los ciudadanos!.
4. Presentar resultados, no presupuestos. Queremos ver la realidad y no lo que se ha presupuestado.
5. Presentar cuentas consolidados de toda la AP, y cuentas por entidades (administración central, autonómica, etc.) para saber quién se gasta qué. En la actualidad no hay modo de saberlo.
6. Auditar las cuentas en un plazo menor a 6 meses, como se pide a todas las empresas. En la actualidad se tarda dos o tres años.
7. Transparencia con el contribuyente. Que aparezcan en nuestra nómina todos los impuestos que pagamos, todos. En concreto, el 30% de nuestro salario que se destina a S.Social y que en la actualidad no aparece.
8. Eliminar todos los asesores. Ya existen funcionarios muy cualificados. Eliminar los informes: los pueden hacer los funcionarios.