Artículo publicado en Expansión el 25 de mayo de 2011.
Ya hemos tenido elecciones municipales en toda España y autonómicas en buena parte de ella. Ahora viene la tarea dura. Me temo que esa tarea dura va a ser acometer un plan drástico de recorte de gastos. Este recorte es urgente, y no porque nos lo exija la unión europea, que sí lo hace, sino porque … ¡no hay dinero para pagar!. Y tampoco lo puedo pedir prestado como hacía hasta ahora. Y tampoco lo puedo pedir a Madrid como también hacía hasta ahora, pues en Madrid ya no tienen dinero. La evidencia puntual de este problema es amplia: ayuntamientos y comunidades autónomas que tienen dificultades para pagar la nómina del mes. Por no hablar del retraso en pagos a proveedores.
La realidad es que en todos estos años de crisis del 2008 al 2010, la Administración Pública en España no ha reducido su gasto ni en un euro. De hecho lo ha aumentado y mucho desde los 413 millardos (miles de millones) del 2007 a 490 en 2010. No conozco ni una familia ni empresa que en este tiempo haya aumentado tantos sus gastos. Más bien todos nos hemos apretado el cinturón y mucho. No ha sido así en la administración pública.
Algunas comunidades autónomas y ayuntamientos ya han empezado a recortar, pero tengo la impresión de que no han “entrado a saco”, quizá porque a nadie le gusta dar malas noticias (o muy malas) antes de las elecciones. Por eso creo que es ahora cuando va a empezar el recorte en serio.
El recorte le tocará en primer lugar a las comunidades autónomas. Su gasto asciende a unos 183 millardos (datos Eurostat del 2009… ¡no están disponibles todavía los del 2010!). Representa casi un 40% del gasto total de la administración pública. En sólo dos años (2008 y 09) los gastos de las CCAA crecieron un 16% desde 157 a 182 millardos, es decir 25 millardos de más. El gasto en funcionarios creció un 17% (sólo en dos años), desde 65 a 76 millardos. Quizá está justificado, pero se hace difícil creer que necesites 11 millardos más en solo dos años, para dar más o menos los mismos servicios. El gasto en otros (típica caja oscura) creció un 35%, 3 millardos de más.
Estos recortes deprimirán la economía. Pero no hay más remedio. El gasto desmesurado (y más si es ineficiente) es una gangrena. Y cuando hay gangrena hay que amputar, aunque la amputación sea dolorosa y requiera periodo de convalecencia. Para ello hace falta gobierno responsable que sepa que nos jugamos mucho en ello.