Artículo publicado en El Mundo 27 de noviembre de 2011.
La crisis va para largo y se complica. Primero fue la crisis financiera (la de los bancos) a partir de 2007 y 2008, que sigue sin solucionarse. Luego vino la crisis económica (que el PIB baja) en el 2009. Cuando parecía que Europa salía de esta en el 2010, ahora viene un nuevo parón en el 2011. Luego surgió la crisis de la deuda a partir del 2010, como consecuencia del desmesurado gasto de los estados durante el 2008 y 2009. Cada vez el agobio es mayor y la presión de los mercados también. Ahora lo que más preocupa a corto plazo es la crisis de la deuda. Los estados periféricos tienen problemas para conseguir financiación pues son percibidos como muy gastosos y los inversores piensan que no recuperarán su dinero y no prestan. ¿Qué hacer?
Lo que se está intentando hacer es disminuir el gasto público, para que el déficit sea menor y los mercados se animen a prestar. Pero reducir el gasto público es un proceso extremadamente complicado y muy, muy lento. En sólo dos años (2008 y 2009) el gasto público aumentó en España en 70 millardos (un 16%). En el 2010 el gasto público disminuyó en sólo 4 millardos (un 1%). En las comunidades autónomos el desequilibrio es todavía mayor. Por ejemplo en Cataluña en los dos años de marras (2008-09) el gasto creció en casi 7 millardos (un 30%). En los dos siguientes y con muchísimo esfuerzo, el gasto habrá decrecido casi 2 millardos (un 6%).
Es obvio que en cualquier familia o empresa los gastos crecen con mucha rapidez y bajan con mucha dificultad. Y esto es más así en la administración pública, ya que los incentivos están mal puestos. Si el político gasta, gana votos y si recorta gastos, pierde votos. Sólo recortará cuando no tiene otra salida y bajo todo tipo de amenazas.
¿Hay que recortar gasto público? Desde luego. E necesario y urgente. Pero por esa vía tardaremos años en solucionar l déficit público y el problema de confianza de los mercados yd e falta de financiación para el sector público y para las empresas y familias.
El camino es aumentar los ingresos fiscales y para ello, no aumentar los impuestos sino facilitar el crecimiento de la economía. Esa es la única salida factible de la crisis económica, de la crisis de deuda y de la crisis bancaria.
¿Y cómo hacemos crecer la economía, es decir hacer crecer el PIB? Pues veamos los componentes del PIB. El consumo interno no va a crecer, pues falta dinero y sobre todo confianza. La inversión empresarial lo mismo. El gasto público no puede crecer pues la administración pública no tiene dinero y tampoco se lo prestan desde el exterior. La única solución es exportar y exportar mucho. Se trata de vender fuera lo que no conseguimos vender aquí. No nos engañemos, la única salida de la crisis es que las empresas españolas vendan más, si no es aquí fuera. Si venden más crearán empleo y con el aumento del empleo vendrá el aumento del consumo y de la inversión y habremos iniciado el círculo virtuoso.
Para exportar hace falta tener un buen producto y una red de distribución, hay que salir fuera. Pero hace falta tener una moneda barata. Con un euro a 1,4 dólares no hay manera de exportar. Nuestros productos, que compiten con otros productos cotizados en dólares resultan un 40% más caros y así no hay quien venda.
Si el euro valiera un dólar (en lugar de 1,4 dólares) podríamos expandir mucho nuestras exportaciones y aumentar notablemente el PIB. A modo de ejemplo. En el periodo 92-97 conseguimos aumentar nuestro PIB en cuatro puntos porcentuales cada año, gracias a la mejora en nuestras exportaciones. Cuatro puntos al año son muchos puntos. Piensen que con un crecimiento anual del PIB de dos puntos estaríamos felices. Otro ejemplo, desde la implantación del euro, Alemania aporta a su PIB 6 o 7 puntos anuales de crecimiento gracias a las exportaciones (unos 150-180 millardos al año). Eso no era así cuando el marco alemán estaba caro.
Esto que digo para España, aplica para toda Europa que es un exportador neto (exporta más que importa) y que necesita estimular su economía. Europa tiene que salir fuera y vender. El mejor remedio sería dejar que el euro se devaluara, que las exportaciones se expandieran y volviera a crecer la economía y con ella, los ingresos fiscales.
Como siempre poniendio el dedo enla llaga
Y compensaría las facturas que tendríamos que pagar: importaciones, petroleo,deuda en otras modedas,..cuando además el consumo en los otrso paises también está empezando a menguar?.
Gracias