Artículo publicado en Expansión el 11 de mayo de 2011.
La semana pasada han vuelto a surgir las dudas sobre Grecia: si necesitará más ayuda (otros 30 millardos), o tendrá que extender el vencimiento de su deuda; si se sale del euro (negado rotundamente por el gobierno griego), si necesitará dos años más de lo previsto en rebajar el déficit público hasta el 3%, etc., etc. Una vez más los problemas de unos se extienden a todos: Portugal, Irlanda, ¿España?, periféricos en general y todo acaba en dudas sobre la pervivencia del euro.
Una vez más hemos visto titulares en prensa y afirmaciones de mandatarios sobre la “debilidad del euro”, “ataques al euro”, “salir en defensa del euro“, etc., etc. Parece que sigue existiendo preocupación sobre el euro y la verdad es que no lo entiendo. Veamos los datos.
La realidad es que el euro cotiza a 1.45$ por euro y eso es mucho. Ha bajado un 3% la semana pasada, pero eso no es nada. El euro ha estado subiendo desde el 2000 en que cotizaba a 0,80$ por euro hasta el 2008, en que llegó a cotizar a 1,60$/€. Es decir duplicó su valor en ocho años. ¿Tiene sentido que el euro duplique su valor en esos años? ¿Es que la economía europea es dos veces más potente que la de USA? ¿Ha crecido el doble en esos años? La respuesta es no.
Europa es netamente exportadora (exporta más que importa) y esto es clave para su desarrollo económico. Por tanto no nos interesa en absoluto un euro fuerte, pues eso significa que nuestros productos son caros en el exterior y es difícil venderlos fuera. Y al revés, un euro caro hace que todo lo que se compra fuera sea muy barato, por lo que importamos mucho y deprimimos el PIB (las importaciones restan al PIB).
España salió de la anterior crisis (1993) en buena parte gracias a la exportación. Pasamos de un déficit comercial del 3% en el 92 a un superávit del 1% en el 97. Ganamos 4 puntos de crecimiento, ¡una barbaridad! En ese mismo tiempo la peseta pasó de 100 pts/$ a 155 pts/$. En términos de euros, el euro cotizaba a 1,65$/€ en 1992, cuando importábamos mucho y nos sentíamos ricos. En 1997 cotizaba a 1,10$/€, cuando no nos creíamos ricos, pero lo éramos más que antes, gracias a la bajada del euro y a las mayores exportaciones.
En definitiva. El euro no está débil, al contrario. Y ojalá bajara, que nos vendría muy bien para vender fuera lo que no vendemos dentro.