Este fin de semana se publicaron los esperados test de estrés de los 130 principales bancos de la zona euro, que representan en conjunto el 80% de los activos bancarios de la zona. La conclusión que se ha reflejado en los medios es el hecho de que ningún banco español necesita capital. Lógico: en España sufrimos la crisis bancaria en 2011 y 2012, y los bancos no han parado de recapitalizarse desde entonces. Los resultados del resto de bancos de la eurozona son también más que buenos.
Sin embargo, en mi opinión, lo importante no es que haya más o menos bancos con necesidades de capital. Lo verdaderamente importante es que se ha dado un paso trascendental hacia un verdadero sistema bancario europeo único , al menos en la zona euro: todos con las mismas reglas, mismos requisitos de información y mismo supervisor.
Cualquier país cuenta solo con dos armas para impulsar o moderar la economía: Gobierno y Banco Central. En la Unión Europea (UE) ninguno de los dos ha actuado apenas. Ahora se ha dado un paso definitivo para que el Banco Central Europeo (BCE) sea realmente eficaz.
El papel del BCE es controlar la inflación, pero puede (y debería, como ya he explicado en otras ocasiones) ayudar también al crecimiento por medio de la política monetaria: prestando dinero a los bancos para que estos a su vez presten. Ahora bien, para prestar a los bancos tienes que asegurar que estos van a hacer buen uso del dinero y lo van a prestar a quien deben. Y para ello es condición esencial que todos los bancos tengan un único supervisor que analice sus operaciones.
La función del BCE es que llegue dinero a la economía en la cantidad adecuada, pero su red de distribución es el sistema bancario y por ello es esencial asegurar que funcione bien; del mismo modo que la compañía de aguas no solo se encarga de enviar el agua desde los embalses, sino que controla todo el sistema de cañerías para asegurar que llegue hasta la última casa.
En la zona euro padecíamos la absurda situación de un gran distribuidor de agua que no controlaba el sistema de cañerías y claro, el agua no llegaba o se perdía o llegaba donde no tocaba. Gracias a Dios, a partir de ahora no será así, y son muy buenas noticias para los que creemos en el proyecto de una Europa unida.
Versión editada y actualizada del artículo publicado en ABC el 27 de octubre de 2014.
Criterios utilizados para la aprobación de comentarios.
La otra alternativa para que el crédito fluya es desbancarizar la economía, reducir la dependencia del sistema bancario. Y por lo que se ve, realmente no parece que vayamos en la dirección para que eso ocurra en nuestro país a corto-medio plazo (véase MAB, MARF, regulación del crowdfunding, etc.).