En una entrevista, publicada en Financial Times (también en The Telegraph) el pasado día 2 de mayo, realizada a Ren Zhengfei, fundador y máximo directivo de Huawei, el gigante chino de las tecnologías de la información y la comunicación, hizo las siguientes declaraciones: “En realidad, los accionistas (de las empresas cotizadas) son codiciosos y quieren exprimir la empresa lo antes posible . Las personas que tienen la propiedad de esta empresa no son codiciosas… La decisión de no salir a bolsa es uno de los motivos por el cual hemos superado a nuestros competidores”.
Sus declaraciones nos ayudan a reflexionar una vez más sobre un tema que es central en las empresas familiares cuando alcanzan cierto tamaño: los pros y contras de salir a cotizar en el mercado de capitales.
Independientemente de cómo está estructurada la propiedad en Huawei y si se trata o no de una empresa familiar -este no es ahora el debate- la noticia permite comentar dos temas que afectan a las empresas familiares.
1. Tener el accionista conveniente o no.
Ren Zhengfei pone de manifiesto el tema de la controversia entre la visión cortoplacista de los mercados de capitales y la visión de largo plazo conveniente para poder llevar a cabo con paciencia estrategias de éxito.
2. Disponer de procesos que fomenten la transparencia y la rendición de cuentas (accountability).
Esta es la otra cara de la moneda. A base de mantener el capital cerrado se puede caer en una gestión «amigable» que incumpla principios básicos del buen gobierno corporativo.
En mi opinión, ahí está la clave: Saber autoimponerse una cultura propia de rendición de cuentas (accountability) basada en la transparencia informativa y de procesos como si estuviésemos sometidos a la disciplina del regulador del mercado de capitales, sin estarlo porque nuestra capacidad interna de generación de fondos es suficiente para atender simultáneamente la estrategia de crecimiento y las expectativas de los accionistas.
La situación expuesta trae a mi cabeza tres preguntas para la autoreflexión:
1.- ¿Tiene nuestra empresa familiar los accionistas convenientes?
2.- ¿Tenemos implantada una cultura de transparencia y rendición de cuentas?
3.- ¿Nuestra capacidad de generación de fondos da para atender simultáneamente una estrategia de crecimiento y cumplir con las expectativas de los actuales accionistas en términos de dividendos?
Os las dejo por si pueden ser útiles a vuestro consejo de administración o a vuestro consejo de familia.
Las tres preguntas dan en el puro centro de la diana de una empresa familiar que hace muy interesante el leer el post,
Primera.SI los accionistas no son los convenientes el futuro como empresa familiar sera un fracaso y el salir a bolsa seria posiblemente una solucion de continuidad pero tanpoco segura.
Segunda.Muy mal andamos si en la empresa no existe desde un principio una cultura de transparencia y rendicion de cuentas bien implantada.El problema es como saber sobre este`particular y de saberlo yo no compraria sus acciones.El futuro de esa empresa puede ser una trgedia total.
Tercera.Sl la empresa genera fondos para hacer frente a sus necesidades de inversion de crecimiento y repartir dividendo no se ve necesidad de ir a bolsa.Seguir gestionando bien,con etica y union familiar.Pareceria un matrimonio perfecto y feliz.
Estimado Luis Fernando,
Si la empresa genera suficientes fondos propios, mediante las buenas prácticas de gobierno acompañadas de transparencia y accionistas pacientes, no hay necesidad de salir a bolsa.
Saludos
Josep
Salir a bolsa siempre es un riesgo, puede ir todo muy bien o muy mal… Cuidado!