La tasa de crecimiento anual compuesta de la rentabilidad en las empresas familiares está 4,5 puntos por encima de las empresas no familiares, según el estudio «The Family Business Model» de Credit Suisse. Esta investigación también concluye que las acciones de las empresas familiares son menos volátiles que las no familiares y que son una buena oportunidad de inversión para accionistas externos. (Podéis leer las principales conclusiones en el artículo que hemos publicado en In Family Business).
El estudio analiza el ciclo de crecimiento, la rentabilidad y la estrategia de negocio de empresas familiares de 35 países y los compara con los de empresas del índice MSCI ACWI, que agrupa a las principales bolsas del mundo, tanto de países desarrollados como emergentes. Los datos corroboran que existe una correlación positiva entre la propiedad familiar y el rendimiento de la empresa. No es algo nuevo. Podríamos decir que esta investigación viene a confirmar algo que se podía intuir: El ojo del amo engorda el caballo.
Quizá lo que más me ha sorprendido de este informe es descubrir que las empresas familiares invierten menos en I + D, pues como ya he comentado en otras ocasiones, la innovación forma parte del ADN de muchas empresas familiares. Todos los casos que exponemos en el libro 100 familias que cambiaron el mundo son un buen ejemplo. Puntualiza el estudio de Credit Suisse que, aunque puede que la inversión en investigación y desarrollo sea inferior en las empresas de propiedad familiar, es más eficiente, si se tiene en cuenta la rentabilidad que han obtenido. Es decir, que quizá algunas empresas familiares invierten menos en innovación, pero parece que lo hacen bien. Y es que a veces no importa tanto el cuánto como el cómo y el dónde.
Credit Suisse también ha realizado un ranking con las empresas familiares más grandes en función de su capitalización de mercado. En Estados Unidos, Wal-Mart es la número uno. A nivel europeo, dos farmacéuticas encabezan el ranking: Novartis y Roche. La española Inditex aparece en el quinto lugar. Una vez más, este estudio corrobora que empresa familiar no es sinónimo de PYME. Ser una empresa familiar es cuestión de propiedad, no de tamaño.
Como ya vimos cuando se publicó el Global Family Business Index, muchas de las grandes empresas familiares cotizan en el mercado de capitales pero mantienen la huella de la familia propietaria que las fundó y que sigue llevando las riendas del negocio, ya sea en solitario o compartiendo la propiedad con otros accionistas externos a la familia.
La visión a largo plazo y la gestión basada en valores son dos de las fortalezas de este tipo de empresas, pero sin duda lo que identifica a las empresas familiares es el deseo de preservar el proyecto empresarial común, entendido como un legado. Más allá de buscar la rentabilidad, que también, las empresas familiares persiguen la pervivencia a lo largo de las generaciones.
Y con estas reflexiones me despido hasta el 4 de enero, no sin antes desearos unas felices fiestas en compañía de vuestros seres queridos. ¡Feliz Navidad!
Estimado Profesor,
Muchas gracias por todos artículos en su blog. Esto es mi blog de preferencia sobre las empresas familiares.
Le deseo todo lo mejor en el Año Nuevo.
Jacek julio de Polonia.
Querido Profesor:
Gracias por todo lo que nos aportas.
Te deseo para ti y los tuyos toda la Felicidad que os mereceis y que es Mucha.
Que en 2016 podamos seguir disfrutando de tus conocimientos, sobre todo para aquellos que sentimos pasión
por la Empresa Familiar.
alex zuazua
Muchas gracias por vuestros comentarios. Es un placer saber que los contenidos del blog resultan útiles e inspiradores y que no tienen fronteras. ¡Feliz año!