Pocas son las personas que piensan que el hijo de un virtuosísimo violinista será también un virtuoso de este instrumento. Sin embargo, a veces los empresarios familiares asumen a priori que su hijo, o sus hijos, serán también buenos empresarios. Dan por supuesta la vocación a la vez que las capacidades necesarias para ello.
Según la personalidad y las circunstancias personales como la cultura, la educación recibida y los valores aprendidos en la familia, los retoños quizás tendrán mejores predisposiciones que el promedio de los de su generación en la sociedad. Aun así, sin una buena preparación y la libertad de elegirlo como el camino propio, no conseguirán convertirse en los sucesores respetados. Siempre les faltará poder transmitir con seguridad la autoridad personal necesaria para liderar el futuro de la empresa familiar.
La sucesión en una empresa familiar es un proceso largo y duradero y hay que tomárselo con el empeño, la paz y la calma necesaria. Existen varios aspectos a tener en cuenta si se quieren tener las mínimas garantías de éxito.
Tras más de tres décadas observando e investigando sobre procesos de sucesión, en el IESE hemos identificado 6 aspectos a los que hay que prestar atención:
- El tipo de empresa familiar que tenemos.
- El estadio en el que se encuentra la empresa familiar.
- El tipo de predecesor que nos ocupa.
- El tipo de sucesor que tenemos.
- El número de aspirantes a sucesor que hay en la empresa familiar.
- El proceso en sí mismo
Este último punto, el proceso, tiene cuatro protagonistas que son el sucesor, la empresa, la familia y el predecesor. A cada uno de ellos dedicaremos un post en las próximas semanas
En el post de la semana que viene empezaremos hablando del sucesor.
Para reflexionar:
¿Cuál es el mayor riesgo que lleva implícito el proceso de sucesión en una empresa familiar?
¿Cuál de los tres sistemas (Empresa-Familia-Propiedad) está expuesto a mayor riesgo durante el proceso de sucesión?
Estimado Leandro,
De ahí precisamente la necesidad que el predecesor entienda lo que está en juego y le dé la importancia necesaria. Solo de él depende que los stakeholders perciban que confía en las personas que van a ser protagonistas en la siguiente etapa y que la reputación y credibilidad de la empresa frente a terceros se mantenga intacta. Ahí está la grandeza!
Saludos,
Josep
Si el proceso de transición ha sido debidamente planificado y ejecutado creo que el mayor riesgo está en el momento mismo de la transición. Si los clientes, proveedores, empleados, otros gerentes, … perciben que el cambio les afectará negativamente pueden crear condiciones adversas para la empresa.
Cada uno de los tres sistemas (empresa-familia-propiedad) se verá afectado. En mayor grado la familia por el cambio de relaciones de poder de sus miembros en la empresa y el estatus del los familiares. En segundo lugar la empresa por las expectativas y el liderazgo que imprima el sucesor/a. y, luego, en menor medida la propiedad.
El protocolo juega un importante papel en éste proceso.