¡Feliz 2019!
Tras el descanso navideño, recupero algunas ideas que se compartieron en la mesa redonda sobre gobierno corporativo organizada en el campus de Madrid del IESE con motivo de la celebración del 60 aniversario de la fundación de nuestra institución, porque creo que resultan muy inspiradoras para empezar el año. Por cierto, que esta efeméride coincide con el 30 aniversario de la creación de la Cátedra de Empresa Familiar, del que hablaré más extensamente en mi próximo post.
Volviendo a la sesión sobre gobierno corporativo que mencionaba al inicio del post, todos los directivos que participaron son destacados empresarios familiares y compartieron ideas muy interesantes a lo largo del animado debate que se generó. No pretendo resumir en este post todo lo que allí se dijo, pero me gustaría destacar algunas de las citas que anoté en el transcurso del encuentro:
“La clave de toda empresa familiar es su visión a largo plazo con el objetivo de dejar un legado a la generación posterior porque lo ha recibido de la anterior”, afirmó Marc Puig, presidente de Puig.
“En la empresa familiar debe primar aún más el largo plazo, lo que implica prudencia y un apalancamiento sensato en el endeudamiento”, según Francisco Riberas, presidente de Gestamp.
“Lograr que no se imponga el cortoplacismo es lo más complicado”, señaló Ermenegildo Zegna, CEO de la multinacional italiana que lleva su nombre.
“El gobierno corporativo de cualquier grupo debe adaptarse a los tiempos tanto en el ámbito familiar como del negocio, manteniendo siempre los valores”, según Riberas.
“La transparencia y el sentido de la responsabilidad son valores que deben mantenerse siempre en una empresa familiar, pese al paso del tiempo”, explicó Zegna.
“Lo más importante para una empresa es que, por encima de todo, continúe con su actividad. Y para que crezca, es indispensable la atracción del talento”, apuntó Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, que añadió que “pensar que el mejor gestor va a estar siempre en la familia, estadísticamente no se sostiene”.
“La profesionalización del consejo es clave, sobre todo cuando se sale a bolsa”, apuntó Francisco Riberas.
“Las empresas familiares deben sopesar detenidamente si salir a bolsa y tenerlo muy claro, porque las exigencias son muy altas y la decisión suele ser bastante irreversible”, en palabras de Puig.
“Cotizar en bolsa impone disciplina. Prosegur cotiza desde 1987 pero nuestra familia ha tratado de mantener siempre el 51% del control del negocio, a costa de tener que hacer malabares a veces para conservar esa mayoría”, explicó Helena Revoredo, presidenta de Prosegur.
“La independencia y la discrepancia son dos virtudes esenciales que debe tener todo buen consejero independiente. También la transparencia, la claridad y la sinceridad”, según Rafael del Pino.
“Los consejeros externos deben tener cierta afinidad con los objetivos y los valores de la empresa y proporcionar objetividad, nueva visión y experiencias diferentes, que es algo que aporta muchísimo a la empresa”, destacó Revoredo.
Podría acabar el post aquí pues creo que estas reflexiones resumen los principios de la gestión empresarial en las empresas familiares. Está claro que todas las empresas, sea cual sea el tipo de propiedad que las sustenta, buscan perdurar en el tiempo. La gran diferencia radica en que las empresas familiares, más allá de ganar dinero, buscan preservar un legado. Un fin que está estrechamente vinculado a la visión a largo plazo que caracteriza a este tipo de empresas, pues legado y corto plazo son la mayoría de veces poco compatibles.
Otro aspecto esencial para construir un legado son los valores, otro puntal de las empresas familiares que los ponentes no dudaron en destacar. Todos coincidieron en que conservar los valores fundacionales es fundamental, aunque eso no debe confundirse con el inmovilismo. Se trata de evolucionar manteniendo la esencia, como ya he dicho en otras ocasiones en este blog.
Proteger el legado y los valores son dos aspectos críticos para que la empresa sobreviva generación tras generación. Por supuesto, también lo es contar con la financiación adecuada y esto a veces puede requerir salir a bolsa, tema que también se puso encima de la mesa durante la sesión, aunque conviene hacerlo de forma meditada y consensuada, como recomendaron los ponentes.
Tampoco puede haber longevidad sin talento, por eso la profesionalización se impone como otra regla indispensable para sobrevivir. Y no solo se trata de contratar a los mejores directivos sino también de contar con los mejores consejeros.
Prudencia, sensatez, valores, profesionalidad y transparencia fueron algunas de las palabras que más se repitieron a lo largo del debate, y me atrevería a decir que son las claves para sumar años y lograr que las empresas familiares perduren en el tiempo. Buenos consejos para tener en cuenta en este año que acabamos de estrenar.