El contenido de la agenda anual de temas a tratar por el consejo de administración es crítico. Una de las responsabilidades del consejo es asegurar la continuidad de la empresa. En consecuencia, habrá que establecer que por lo menos una vez al año se repasan aquellos temas que podrían comprometer esa sostenibilidad en el tiempo.
Damos por supuesto que las funciones a las que la ley obliga a desempeñar al consejo son ineludibles, se cumplirán y por lo tanto no las ponemos en nuestro inventario, pero habrá que hacerles un hueco en algún momento del año.
Además de esas obligaciones, el consejo que quiera contribuir a la sostenibilidad de la empresa tendrá que estar atento a temas como la revisión de la estrategia, la gestión del talento en la organización cuyo gobierno se le ha encomendado, los cambios de entorno que puedan acabar comprometiendo el buen hacer de la empresa. Y esto va desde el entorno social, macroeconómico y geopolítico hasta la transformación digital o cualquier otro elemento que pueda poner en cuestión nuestro modelo de negocio.
El consejo ha de ser capaz de hacer un buen análisis de los riesgos a los que se encuentra expuesta la empresa o, por lo menos, ha de saber estimular al máximo al directivo y su comité de dirección para que analicen y presenten periódicamente un mapa de riesgos de la empresa, su posible impacto en la marcha de la empresa y si la empresa tiene capacidad de mitigar esos riesgos o no la tiene.
En el caso de un riesgo debido a una gran catástrofe, el consejo ha de tener un plan de contingencia por si esa situación se llegase a dar. Piense el lector en el consejo de administración de una aerolínea y visualizará a qué me estoy refiriendo. Trasladad el ejemplo a vuestro consejo y seguro que encontraréis alguna situación para la que hay que tener un plan contingente. No hay nada peor que actuar improvisadamente en una situación de ese estilo.
Sin ninguna intención de ser exhaustivos, sino simplemente citando algunos ejemplos, nos han salido media docena de temas para la agenda anual. Si ese consejo se reúne seis veces al año, ya no nos caben más temas de horizonte anual. Si pensando en vuestra empresa se os ocurren más temas, habrá que saber priorizar con criterio o aumentar el número de sesiones.
Es muy importante tener clara esa lista de temas que se han de analizar por lo menos una vez al año y tratarlos a fondo. Ello requerirá incorporarlos a la agenda del consejo y asegurarse de que habrá tiempo para debatirlos en profundidad. Naturalmente, además de ese punto, la agenda de cada reunión deberá contener todos los asuntos que el normal funcionamiento requiera en términos de control y seguimiento de la marcha de la empresa.
Somos humanos y tenemos cierta tendencia a priorizar lo urgente sobre lo importante. Un consejo debe recordar que su aportación de valor es a largo plazo y por lo tanto ha de ir con las luces largas puestas. Sin caer, por supuesto, en el error de permitir un grave acontecimiento en la marcha normal de la empresa por estar pensando solo en el largo plazo. Es un complejo equilibrio entre mirar a largo, sintiendo el corto como propio, aunque lo ejecuten otros.