Ya estoy convencido

Ya estoy convencido de que, como empresario que ha sido capaz de crear y hacer crecer una empresa de éxito, necesito un consejo de administración. En las recientes vacaciones de verano he estado reflexionando y creo de verdad, que necesito un consejo de administración que me ayude a proyectar la empresa a largo plazo, a ayudarme a crear un sistema de gobierno que me asegure que tengo la información adecuada, para asegurar que en todo momento estamos en la senda de la sostenibilidad estratégica y financiera y a diseñar un sistema de monitorización de la alta dirección de mi empresa.

Y aquí surge la primera duda. ¿Tengo realmente un equipo de dirección que me permita separar eficazmente las tareas de gobierno de las de dirección? Si no lo tengo, ¿seré capaz de encontrar a alguien en quien confiar aquellas atribuciones que durante tantos años he mantenido como tareas indelegables?

Este es, en mi opinión, el primer punto a tener en cuenta a la hora de establecer un órgano colegiado de gobierno. Tiene poco sentido establecer un órgano que se ocupe del gobierno, si antes no tenemos perfectamente encarrilada la ejecución del día a día. Si no lo tenemos, ese es el primer bloque del edifico de gobierno corporativo que deberemos construir.

Desafortunadamente, conozco casos de empresarios que tienen un consejo de administración “porque hay que tenerlo”. Creen que con tener dos o tres consejeros externos de buena reputación ya han resuelto la cuestión. Ello está muy lejos de la realidad y si esos consejeros no son floreros o estómagos agradecidos deben hacerle notar al empresario que está empezando la casa por el tejado.

Antes de constituir un consejo de administración profesional en su modo de actuar (CAPMA) debemos tener una organización liderada por un hombre o mujer de vértice, que no ha de ser un clon del fundador, pero sí que debe contar con su total confianza y esto no es imposible, pero lleva su tiempo. Al escultor de la obra creada es natural que le cueste pasar el cincel a otro, confiando que sabrá esculpir como él lo ha hecho. Pero esta es condición sine qua non y tarea en la que el consejo de administración debe ayudar al empresario en el proceso de transición de poder. Hay que saber pasar del poder ejecutivo (hacer) al poder gobernativo (hacer hacer sin imponerse) y ello no es tarea fácil.

En un próximo post comentaremos los siguientes pasos de este proceso de establecimiento de un buen sistema de gobierno corporativo. Trataremos de responder a cuestiones como ¿Cómo elegir los consejeros externos? ¿Cuáles son los primeros pasos? ¿Quién debe liderar el proceso?

Por supuesto si se os ocurren más dimensiones, vuestras sugerencias serán muy bienvenidas.