Todo buen empresario sabe elegir bien su negocio y cuidarlo. Sus análisis muchas veces son intuitivos, aunque exitosos. Sin embargo, cuando estas ideas hay que comunicarlas y compartirlas con el equipo directivo o hacerles participar en la elección, viene bien auxiliarse de herramientas que se han desarrollado en los últimos cuarenta años y que han tenido gran difusión a través de medios universitarios y escuelas de dirección.
Los consultores han contribuido a que se hayan convertido en elementos de uso masivo. Dada su importancia me ha parecido que podía ser de interés hacer esta breve recopilación de los más conocidos
En el año 1980 Michael Porter publicó su best seller Estrategia competitiva, Técnicas para el Análisis de los sectores y de la competencia, que fue todo un revulsivo en el mundo del análisis estratégico. Más adelante, el mismo Michael Porter en un segundo libro, hizo una nueva contribución al uso de esquemas conceptuales que se han demostrado exitosos aportando la idea de la cadena de valor.
En la primera década del presente siglo veintiuno Alexander Osterwalder e Ives Pigneur hicieron su contribución con el modelo Canvas para sistematizar el análisis de los contribuyentes a la propuesta de valor.
En la segunda década del presente siglo Alan G. Lafley y Robert Martin nos aportaron su modelo de los cinco escalones para pensar en estrategia.
Ya en los 90 del siglo pasado Porter había hecho la afirmación de que Estrategia es seleccionar deliberadamente un conjunto diferente de actividades para ofrecer una propuesta de valor única.
Sin embargo en los años 60 del siglo pasado, los profesores Andrews, Christensen y Learned de la Harvard Business School, habían acuñado esta definición: Estrategia corporativa es el patrón de decisiones de una compañía que determina y revela sus objetivos, propósitos, o metas, que produce las principales políticas y planes para lograr esas metas, y define el alcance del negocio que la compañía se propone lograr, el tipo de organización económica y humana que intenta ser, y la naturaleza de la contribución económica y no económica a sus accionistas, empleados, clientes y comunidades. La definición fue publicada por Kenneth Andrews en su libro The Concept of Corporate Strategy.
Como es obvio la idea de Andrews y sus colegas va mucho más allá de la mera formulación de la estrategia más adecuada. Habla de lo que hacen los empresarios y los buenos directores generales y esto nos lleva de nuevo a la idea de filosofía de gobierno que volveremos a desarrollar en el próximo post.