Un oxímoron

En el caso de las empresas familiares, desde el momento en que una persona comienza a trabajar en la misma, empieza su evaluación. Tanto la formal como la informal.

evaluarPara los padres, la entrada de los hijos representa una cierta validación de su esfuerzo por construir un legado para la familia y cierta garantía de su continuidad. Sin embargo, los hijos lo pueden ver de dos formas muy distintas. Para unos puede ser la afirmación de los valores familiares, pero para otros puede ser visto como el motivo de rivalidades que ponen en peligro las relaciones familiares.

Esto se puede evitar teniendo los objetivos muy claros. Y con claros me refiero a que han de maximizar la objetividad, fomentar la justicia entre los miembros familiares y no familiares y separar los aspectos familiares de los empresariales.

Pero la frase “evaluar al hijo/a” es casi un oxímoron. Son dos conceptos de naturalezas opuestas porque el primero, “evaluar”, conlleva la connotación implícita de la imparcialidad y la objetividad, mientras “hijo/a”, asocia a la incondicionalidad y subjetividad.

Aquí también se ha de tener en cuenta que la empresa y la familia no tienen por qué tener el mismo ritmo de crecimiento. Cuando el espacio es escaso, el establecimiento de los criterios claros para saber quién y en qué condiciones puede ocupar un puesto en la empresa se hace fundamental para la continuidad de la familia empresaria. Hay que acertar. Nada garantiza el acierto, pero evaluar las competencias, premiar el desempeño y conocer las potencialidades, son tres requisitos indispensables para ir hacia el acierto.

Estos aspectos son propios de evaluación de cualquier candidato, independientemente de su relación con la propiedad y en cualquier tipo de empresa. Pero lo que en empresa familiar, de forma natural se suma, es el imperativo de evaluar el sentido de pertenencia que los hijos sienten por el proyecto empresarial. Para hacerlo es importante conocer el compromiso con el legado familiar y la motivación por liderar el proyecto de la familia empresaria en el futuro.

Para conocer estas competencias entre los hijos, he aquí un test sencillo: Situarse en posición de observador y ver las caras de otras personas mientras escuchan a sus hijos hablar de la empresa familiar. Os dará un excelente feedback sobre lo convencidos que se les ve representando la empresa.

One thought on “Un oxímoron

  1. Buen día, totalmente de acuerdo y justo ese es uno de los temas que se nos presentan a diario con la participación de los hijos en la empresa, en general primero la familia elabora criterios sobre las competencias que debería tener una persona para trabajar en la empresa; y luego nos vamos a los casos particulares. Y es así, un oxímorom; por lo que la familia empresaria acuerda que esa evaluación la realizará un tercero. Pero es cierto que las expresiones de los rostros lo dicen todo, gracias!
    Cristina

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