Una nueva visión de la empresa familiar

En posts anteriores hemos utilizado el esquema de los tres círculos de Davis & Tagiuri para aproximarnos a la realidad de la empresa familiar. Lo hemos venido utilizando para entender las posibilidades de conflicto entre los distintos grupos de interés que surgen al contemplar la empresa familiar desde la óptica de tres sistemas interdependientes: La empresa, la propiedad y la familia.

Hoy me he propuesto traer a colación un nuevo enfoque (no tan nuevo) también basado en tres círculos, pero esta vez se trata de círculos concéntricos.

En el círculo interior está la persona, en el siguiente la familia y en el círculo más externo la empresa familiar.

Es un enfoque distinto, que acuñamos en la cátedra de empresa familiar del IESE allá por el año 2005. Cuando me hice cargo de aquella cátedra en 2003, acudí al profesor Juan de Dou que por aquel entonces enseñaba, con gran éxito, Gestión de la personalidad en el MBA. Siempre tuve la sensación de que lo que hacía distinta a una empresa familiar era su propiedad. De ahí deriva todo.

Las relaciones interpersonales son fundamentales para la paz accionarial, la paz en el consejo de administración (si lo hay) y la paz en la dirección de la empresa.

Desde el primer momento el profesor Juan de Dou lo tuvo claro: “O empezamos por las personas o las demás cosas que hagamos pueden ser en cierto modo eficientes, pero muy probablemente poco eficaces”.

Durante los próximos posts me propongo desarrollar temas inherentes a la dinámica de la empresa familiar atendiendo a estos tres círculos concéntricos de la empresa familiar: la persona, la familia y la empresa familiar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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