Sin liderazgo no hay empresa

Imagen: FreeDigitalPhotos.net – Kookkai_nak.
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«No dejes para mañana lo que puedas delegar hoy», decía Johann Rupert, presidente ejecutivo e hijo del fundador del grupo de productos de lujo Richemont. Esta frase resume su forma de entender el liderazgo, cuyo pilar fundamental consistía en delegar. Añadía: «no necesito preocuparme de cuestiones operativas. Sé que puedo confiar en mis colegas para sacarlas adelante». Este caso, que se recoge en el libro Sí, quiero (citaré alguno más a lo largo del post), podría ser un ejemplo de liderazgo basado en la autoridad y también una buena muestra de liderazgo democrático, dos formas de liderar que pueden ser complementarias.

Aprender a delegar es una de las facetas del liderazgo que más les cuesta a muchos directivos. No es una tarea fácil, porque requiere confiar en el equipo y ser capaz de dejar la ejecución del día a día en manos de terceros. Saber delegar depende de la forma de ser de la persona, pero también hay una parte importante de aprendizaje. Después de todo, a liderar, se puede aprender, según afirman los expertos en el tema. Aunque en mi opinión, «lo que natura no da Salamanca no presta».

El estilo de liderazgo influye prácticamente en todos los aspectos relacionados con la marcha de un negocio. En las empresas familiares, además, es esencial entender que en la familia el liderazgo hay que ganárselo cada día. No olvidemos que líder es aquél que consigue arrancar compromiso en los demás a través de su autoridad, no de su poder. El poder se puede traspasar, pero la autoridad hay que ganársela.

Un buen ejemplo lo encontramos en el grupo de belleza Clarins, fundado en 1954 en París y sobre el que podéis leer más en el libro Sí, quiero. Sobre el papel, los dos hermanos, hijos del fundador, pasaron a ser codirectores de la empresa cuando su padre se retiró, pero el líder indiscutido era Christian, que durante años pasó en el extranjero ocho meses cada año y fue el responsable de introducir la marca en 128 mercados, mientras su hermano ejercía como cirujano ortopédico.

Como decía unas líneas más arriba, aunque liderar no sea algo innato creo que algunas personas tienen eso que popularmente llamamos «madera de líder». Por supuesto, estas habilidades se pueden (y deben) trabajar y potenciar para ser un gran líder, o al menos un líder eficaz, como explica John P. Kotter en un artículo de la Harvard Business Review.

De quién debe liderar la empresa familiar, estilos de liderazgo, liderazgo transformacional y liderazgo femenino hablamos en la nueva serie de podcasts de la Cátedra de Empresa Familiar. A lo largo de cinco entregas, profundizaremos en un tema, el liderazgo, que es clave para el buen funcionamiento y para el futuro de toda empresa.

Según vuestra opinión, ¿qué caracteriza a un buen líder? ¿Creéis que una empresa familiar necesita un estilo de liderazgo concreto? ¡Compartid vuestro punto de vista a través de los comentarios!

One thought on “Sin liderazgo no hay empresa

  1. Estoy totalmente de acuerdo en que hay que saber delegar, ya que si se hace de manera correcta podemos dividir los esfuerzos que le dedicamos a una tarea en concreto, por ejemplo quedándonos como jefe con algo importante como un por ejemplo un trato con clientes mientras que para los empleados que llevan poco tiempo delegar en ellos tareas mas sencillas para que vayan cogiendo experiencia, así en el futuro se podrá incluso delegar tareas de mas responsabilidad en ellos. Me ha gustado mucho este articulo, voy a seguir dando una vuelta por el blog.

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