Consejo y propiedad: ¿juntos o separados?

Cuando en el año 2011 Amancio Ortega dejó la presidencia de Inditex en manos de Pablo Isla, siguió formando parte del consejo de administración. «Ahora es el momento, con gran ilusión y responsabilidad, sin perjuicio de que continúe en la empresa y en su consejo de administración, de proponer que Pablo Isla sea nombrado presidente ejecutivo”. Así lo explicó en una carta dirigida a todos los empleados del grupo, que recogió Cinco Días, y en la que también afirmaba que este nombramiento era “lo mejor para el futuro de la compañía».

Pablo Isla fue presidente y director ejecutivo de Inditex hasta 2019. Ese año, la responsabilidad ejecutiva pasó a manos de Carlos Crespo, que desde entonces es consejero delegado del grupo, e Isla se quedó al frente de la presidencia. Amancio Ortega sigue siendo consejero de la empresa de la que es el máximo accionista, como se refleja la página web de Inditex.

En la empresa familiar, el consejo ayuda a la propiedad a mantenerse firme en las decisiones que son buenas para la empresa evitando que presiones procedentes del ámbito familiar puedan interferir en lo que es más conveniente para el negocio. Forma parte de sus funciones asegurar a los propietarios que la compañía está bien dirigida.

La presidencia del consejo y la dirección ejecutiva de la empresa son las dos piezas clave para el buen funcionamiento de la empresa. En base a mi experiencia, puedo decir que nunca me he encontrado una empresa que haya fracasado si el presidente y el consejero delegado formaban un buen tándem. El consejo funciona mejor cuando trabaja al unísono con el CEO y el equipo directivo, como explica Martin Lipton, socio fundador del bufete de abogados Wachtell Lipton Rosen & Katz, en una entrevista realizada por el profesor Jordi Canals.

En Europa, es bastante habitual que las funciones de presidencia del consejo y dirección de la empresa estén separadas, mientras que en Estados Unidos es más frecuente que ambas responsabilidades  recaigan en una misma persona, como se explica en el último número de la Revista IESE Insight, dedicado al gobierno corporativo.

Dirigir el consejo y dirigir la empresa son tareas distintas que, desde mi punto de vista, es mejor mantener separadas para evitar conflictos de interés, acumulación de poder, y compaginar mejor el corto y el largo plazo. Cuando ambas posiciones coinciden en una única persona, esta puede llegar a acumular tanto poder que resulte difícil supervisar de forma rigurosa su desempeño.

Aunque, por supuesto, existen múltiples casuísticas, y en determinadas circunstancias hacer coincidir la presidencia del consejo y la máxima responsabilidad ejecutiva en una única persona puede ser la mejor opción. Un buen ejemplo es el caso de Inditex, con el que iniciaba este post, donde como he explicado, hasta 2019 ambas responsabilidades recaían sobre una misma persona.  En este campo hay buenas prácticas pero no reglas fijas.