Hablaba en mi último post de filantropía y apuntaba que esta práctica aporta muchos beneficios a las familias empresarias, como la unidad, la cohesión y la armonía entre los miembros de la familia. Y no solo eso: las actividades filantrópicas ayudan a practicar la generosidad, uno de los valores propios y exclusivos de las empresas familiares, según reveló un estudio que realizamos en la Cátedra de Empresa Familiar del IESE.
Tras analizar las declaraciones de principios de las 200 empresas más grandes del mundo, la mitad de ellas de propiedad familiar, descubrimos que los valores relacionados con el comportamiento, como la generosidad, la humildad, el servicio y la transparencia, se dan con mayor frecuencia en las empresas familiares que en las no familiares. Sin embargo, otros valores como la integridad y el respeto son comunes en todas las empresas, sin importar el tipo de propiedad.
Algo que es específico de las empresas familiares es que los valores de la familia empresaria se traspasan a la empresa y se acaban convirtiendo en los principios de la misma. De hecho, 9 de cada 10 familias empresarias cree que sus valores familiares se reflejan en los valores corporativos de la empresa, según un estudio que elaboramos con Atrevia.
Los valores lo impregnan todo: determinan cada aspecto de la empresa familiar, son la base sobre la que se construye su cultura empresarial y se convierten en una fuente de ventaja competitiva sostenible. Es más: hay quien dice que los valores son la clave de la sostenibilidad del negocio.
“Las empresas que no tengan valores en su misión no van a sobrevivir”, asegura Xavier Martín en Cinco Días. El director general de Faro Barcelona se incorporó a esta empresa familiar de iluminación y de ventiladores en 2003, y desde 2005 es accionista minoritario. Para Martín, hoy la gestión de las empresas debe ser cada vez “más holística, atenta, de escucha a lo que está pasando, de crear valor”. Y sostiene que eso solo se puede lograr “siendo auténtico y honesto”. Autenticidad y honestidad son otros dos valores característicos de las empresas familiares.
El estudio que hicimos con Atrevia destacaba los valores como una fortaleza de las empresas familiares. Son un “sello personal”, que muchas veces tiene su origen en el fundador o fundadora de la empresa, y que configura la identidad corporativa. No se ven, pero se sienten. Los valores actúan como guía en la toma de decisiones y ayudan a construir el futuro, siempre mirando a largo plazo, algo que también es propio de las empresas familiares.