Renovar para conservar

Que la empresa familiar es conservadora y que eso es algo negativo constituye una de esas «fábulas» introducidas por la ignorancia. Ignorancia, en primer lugar, a la hora de especificar qué se entiende cuando se define el término «conservador». La empresa familiar es, en efecto, conservadora si se le aplica la primera acepción que otorga la Real Academia Española a este término: conservador es «el que conserva», es decir, el que «mantiene algo o cuida de su permanencia». Sin embargo, como hemos apuntado antes, no resulta tan aplicable su segunda acepción, que se aplica a personas, partidos políticos, gobiernos, etc., para calificarlos de «especialmente favorables a la continuidad en las formas de vida colectiva y adversas a los cambios bruscos o radicales». A lo largo de estas páginas, hemos visto empresas que no solo no esquivaron al cambio radical en su actuación, sino que lo protagonizaron y lo promovieron. Desde esta perspectiva, nos parece que quien califica de conservadoras a las empresas familiares, en el sentido peyorativo del término, quizá esté confundiendo audacia con imprudencia y, por tanto, tampoco reconoce la prudencia en la toma de decisiones como virtud, sino como vicio. Las empresas familiares longevas han sido indudablemente conservadoras, tanto que han preservado sus negocios durante cientos de años y el único modo de lograrlo ha sido mediante una pléyade de estrategias de crecimiento, en las que la innovación –de producto, proceso, comercialización u organización– ha sido una constante.

Cuando Felipe V creó la Real Academia de la Historia, en 1738, le otorgó el fin de aclarar «[…] la importante verdad de los sucesos, desterrando las fábulas introducidas por la ignorancia o por la malicia, conduciendo al conocimiento de muchas cosas que oscureció la antigüedad o tiene sepultado el descuido». Algo de eso hemos tratado de hacer en estas páginas.

Los dos párrafos anteriores son cita textual del libro 100 familias que cambiaron el mundo. Las he traído a colación para reafirmar que sin renovación no hay duración. Toda empresa que aspire a perdurar debe pensar en renovar, eso sí, renovar sin perder su esencia.

Estas ideas me llevaron a diseñar el programa Renovación en la empresa familiar que se impartió a finales del año 2021 en el campus del IESE en Madrid y que este año lo impartiremos en Barcelona.

Los miembros de familias empresarias estáis cordialmente invitados a seguirlo.

Esperamos veros en el campus del IESE en Barcelona a finales del mes de noviembre. Nuestra experiencia nos dice que este es un tipo de programa que se ve enriquecido si participan miembros de una misma familia empresaria con distintas posiciones y roles: propietarios, directivos, miembros del consejo de administración, etc…