Resolución de conflictos en la empresa familiar

Como hemos visto en los dos posts anteriores, las 7 posiciones que se dan en las empresas familiares dan lugar a una compleja interacción entre las relaciones personales y los intereses empresariales que aumentan la posibilidad de conflictos en las mismas. Buscando literatura sobre la gestión de conflictos he encontrado una nota técnica del profesor Pablo Cardona de la que he extraído algunas de las ideas que expongo en este post. Según Cardona, existen varios tipos de conflicto que pueden surgir en este entorno y diversas formas de abordarlos para transformarlos en oportunidades de mejora.

Tipos de conflicto en la empresa familiar

1. Conflictos racionales
Se basan en desacuerdos objetivos: decisiones estratégicas, asignación de recursos, diseño de tareas o diferencias en la formación profesional. Aunque pueden ser explícitos y parecer simples, si no se manejan adecuadamente pueden deteriorarse y afectar a la relación emocional.

2. Conflictos emocionales
Son más personales y surgen cuando las partes se sienten heridas, menospreciadas o injustamente tratadas. Incluyen aspectos como el orgullo, la envidia o la propensión a juzgar, y tienden a ocultarse detrás de un aparente acuerdo o conformidad, sin haberse resuelto realmente.

3. Conflictos por diferencias personales
Derivan de diferencias de género, valores, culturas, estilos de personalidad y necesidades individuales. Por ejemplo, una persona con una tendencia más emocional puede entrar en conflicto con otra más racional debido a diferencias en la forma de percibir y comunicar.

4. Conflictos contextuales
Estos conflictos están ligados a la estructura y dinámicas propias de las posiciones profesionales: mala asignación de tareas, reuniones mal gestionadas, superposición de funciones, o estados de ánimo alterados por estrés o cansancio.

5. Conflictos derivados de conductas de las personas.
El orgullo, la falta de diligencia, la indiferencia y el miedo al conflicto pueden distorsionar la comunicación y evitar que se aborden los desacuerdos de forma abierta y constructiva.

Estrategias para gestionar los conflictos

• Prevención
Comprender las causas del conflicto ayuda a prevenir disputas innecesarias. La escucha activa, la empatía, el parafraseo y una actitud humilde son herramientas clave. Asumir que las personas son diferentes y practicar la mejora continua son pasos fundamentales.

Gestión del conflicto racional
Aquí es esencial comunicar las diferencias de forma constructiva, diferenciando entre lo “deseable” y lo “aceptable” para facilitar la negociación. Las estrategias de negociación pueden incluir combinaciones ganar/ganar, ganar/perder o incluso perder/ganar, según el contexto. A veces puede llegarse a la indeseable situación de perder/perder. Las emociones y los sentimientos son altamente poderosos.

• Gestión del conflicto emocional
Se debe evitar la escalada hacia confrontaciones dañinas. Esto se logra dando un feedback emocionalmente constructivo: expresar dolor sin agresividad (“estoy dolido”) y disculparse sinceramente (“lo siento”), promoviendo una secuencia emocional de reconciliación.

• Intervención externa
Cuando el conflicto no puede resolverse internamente, puede recurrirse a la mediación (tercero neutral), arbitraje (decisión técnica vinculante), consejo psicológico o incluso el alejamiento físico de las partes. En casos extremos, se puede llegar a los tribunales, aunque es la opción menos deseable.

En conclusión, el conflicto en la empresa familiar no es inherentemente negativo. Bien gestionado, puede fortalecer las relaciones, mejorar la comunicación e impulsar el cambio necesario. La clave está en reconocer su naturaleza dinámica y actuar con madurez emocional, herramientas racionales y, cuando sea necesario, buscar apoyo externo.

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