Una de las principales preocupaciones de las familias empresarias es cómo evitar la dispersión del patrimonio en las siguientes generaciones, puesto que la intención es siempre procurar mantenerlo bajo el sello de la garantía que ofrece el apellido familiar.
Alrededor del mundo, distintas familias, de distintas culturas, recuren a distintas prácticas y tradiciones. En Europa, por ejemplo, en la familia Rotschild, de origen judío, durante muchos siglos, se recurría a endogamia, mediante los matrimonios entre los parientes de la propia familia[1].
De Japón, nos viene otra curiosa costumbre, y quizá el caso más emblemático que lo ilustre, es la familia Suzuki, los fundadores y propietarios de la famosa marca de coches. Esta importante empresa familiar está gobernada por cuarta generación consecutiva por un “yerno adoptado”.
Se trata de un fenómeno muy arraigado en la tradición nipona, donde desde el siglo siete, las sagas importantes que desean preservar el apellido familiar y no tienen herederos masculinos, recurren a adoptar el marido de la hija mayor, quien siguiendo una antigua costumbre adopta el apellido familiar como propio, y de este modo garantiza su continuidad en el tiempo.
Como Suzuki, son numerosos los casos de importantes empresas familiares, que practican esta costumbre, muy habitual en la cultura japonesa, donde hasta tan solo 150 años atrás, era muy poco habitual tener el apellido propio. Los apellidos, únicamente, los tenían las clases altas y los samurái.
Japón es el país con más empresas familiares centenarias del mundo, pero quizá visto desde nuestra perspectiva, la definición de la familia y de la trascendencia del apellido familiar estaría en contraste con nuestras tradiciones y costumbres.
El modelo de la familia en las culturas occidentales está viviendo profundos cambios. Uno puede estar de acuerdo o no con su desarrollo, pero no puede ignorarlo. Desde mi interés y la pasión por todo lo relacionado con las dinámicas y la historia de las empresas familiares, y con perfecta conciencia de que en las mismas hay mujeres en puestos de la más alta responsabilidad que desempeñan su cometido a la perfección, desearía compartir con todos los lectores unas reflexiones que me hago a voz alta:
– ¿Cómo sería visto en nuestra sociedad si una costumbre parecida se practicase para garantizar la continuidad del apellido, la marca y la empresa familiar que representa?
[1] Dynasties: Fortunes and Misfortunes of the World’s Great Family Businesses, David Landes
Hola Josep buenas tardes,
En las Baleares existía la tradición de otorgar gran parte del patrimonio familiar al primero de los hermanos para que este no se esparciera. También ha habido casos similares a los de los japoneses. En nuestra opinión se puede conservar el apellido de la familia asociado a la empresa aunque en el caso de una mujer no sea el que seguirá dando nombre a las futuras generaciones.
Para empezar, cuento un caso de los varios que he trabajado con Constelaciones Organizacionales. Un yerno me plantea como asunto:”Llevo 20 años trabajando en la empresa fundada por mi suegro. Intento hacer lo más y mejor que puedo. Estoy agotado. Mi suegro no me escucha. Y la lucha con mi cuñado pequeño es constante. No quiere saber nada de la empresa, pero su padre está preparando un protocolo para que dirija él la empresa. Ante esta falta de reconocimiento de mi labor, estoy pensando en irme. Me gustaría ver luz al respecto”. El trabajo sistémico permitió ver:1) El yerno se había auto erigido en el centro de la acción, ocupando así, una posición que no le correspondía. Quedó altamente sorprendido al descubrirlo. 2) El fundador estaba bloqueado por la muerte de su hermana mayor en condiciones traumáticas. 3) El distanciamiento del cuñado, el hijo más pequeño de la familia, estaba provocado por su enfado inconsciente al ver el no reconocimiento de los esfuerzos y contribución familiar de su madre al funcionamiento de la empresa, aunque no estuviera trabajando ni tuviera un sueldo de ella. 4) La hija mayor, esposa del yerno que planteó el asunto, reclamaba la ayuda de su marido en la gestión de la empresa. El trabajo sistémico permitió deshacer enredos, colocar a cada uno en su lugar y el yerno vió con claridad la posición adecuada para él en la empresa, si interiorizaba en él un profundo respeto por el sistema familiar de origen de su esposa. Más tarde me ha comentado que podría escribir un libro sobre los cambios ocurridos desde entonces.
En los matrimonios, el hombre suele ocupar la posición 1 y la mujer la posición 2 en la familia. Cuando el heredero de una empresa es una mujer, su posición en la empresa es la 1. Si su marido entra en su gestión, como máximo puede ocupar una posición 2. El hombre suele tender a ocupar la posición 1, que no le corresponde. Este no saber estar en el lugar que nos corresponde, es uno de los orígenes de problemas en las empresas familiares.
El trabajo sistémico permite explorar, descubrir causas, bloqueos y enredos, y ayuda a la persona que ha planteado el asunto, a inducir su propia solución.
Estimado Carlos,
Muchas gracias por tu interesante y elaborada aportación.
La mirada sistémica es sin duda un enfoque muy válido para observar las dinámicas familiares.
Saludos
Josep
La práctica de obligar al yerno a adoptar el apellido del linaje de la heredera ha estado arraigada en Cataluña durante siglos hasta hace relativamente poco. Reproduzco textualmente:
«La regla de sucesión del mismo apellido de padres a hijos no se siguió siempre de manera estricta, ya que en ciertas zonas de Cataluña y en determinados momentos existía el derecho de la heredera (pubilla) rica a imponer su apellido al mismo marido y a los descendientes de ambos.» (ver http://www.scgenealogia.org/pdf/apellidoscatalanes.pdf ).
La costumbre cayó en desuso en el S. XIX con la promulgación de leyes generales de filiación (como el Código Civil).
Respecto a la cuestión que planteas, Josep, me surgen muchas dudas, lo cual implica que la pregunta es muy buena. Creo que gran parte de nuestra sociedad de hoy no vería positivamente un cambio de apellido por estas razones, al atribuirle cierta aureola de «transacción comercial». Hoy en día el apellido define la familia de origen; la renuncia al mismo podría interpretarse como un rechazo al núcleo familiar de origen a cambio de una mejor posición social y/o patrimonial.
Japón pasó de la Edad Media a la era industrial en muy pocos años. Adaptó magistralmente una estructura feudal de clanes originando los grandes conglomerados empresariales (Keyretsu), en los cuales algunos ven cierta continuidad con dichos clanes. Personalmente, no veo claro y me resisto a aceptar que lo que fue positivo para Japón en ese proceso, sea válido y recomendable para nosotros en la actualidad.
Un saludo cordial y felicidades por el artículo, muy interesante.
Estimado José,
Muchas gracias por tu comentario que encuentro muy interesante e informativo. La información que aportas es ciertamente un valor añadido para el post.
Respecto a las cuestiones que planteas, estoy completamente de acuerdo contigo en que en nuestra cultura la renuncia al apellido familiar provocaría rechazo, pero la intención de este post no era plantear la adopción del apellido como la solución para la continuad, sino comparar las prácticas de las empresas familiares en los distintos modelos socio-culturales como un medio para levantar la autentica cuestión: ¿Puede el yerno dirigir la empresa familiar de familia política?
El eterno debate del papel de los «in-law» en las empresas familiares.
Saludos cordiales,
Josep
Me cuesta creer, de entrada, que en pleno siglo XXI este debate llegue muy lejos!
La empresa familiar de este pais puede ser perfectamente liderada (si se dan las condiciones de aprendizaje, interés, habilitad y actitud) por la descendencia sea del genero que sea. De hecho asi sucede y de ahi el modelo empresarial diferencial de larga tradición en Catalunya.
Otra cosa es que la «descendencia de la propiedad» no desee intervenir, o no demuestre el mínimo interés.. o el caso más extremo, sea completamente negada para la gestión y se de el caso (que a veces se da) en que el marido de la heredera (¡y porqué no la mujer del heredero!) esten plenamente capacitados para liderar el negocio.
Adpotar «yernos» o «nueras» puede perfectamente resultar complejo porque pueden ser perfectamente capaces para el negocio y nefastos para la pareja y/o familia y la cosa termine mal (que a veces pasa! en la familia, en el negocio o en los 2 ámbitos)
Sinceramente y desde el desconocimiento práctico (no pertenezco a nunguna empresa familiar) el «politico» puede formar parte de la familia y de la empresa pero siempre dejando claro ésta (la familia) el papel y la responsabilidad a desempeñar Soy partidario de no mezclar churras con merinas (razas de ovejas, mucho mejor que galgos y podencos!)
Y confiar en la Constitucion, Manifiesto y Protocolo familar sin descuidar la cuenta de resultados, que en el fondo es lo que garantiza la viabilidad y relevo generacional del negocio.
Pero quien sabe…
Estimado Joan,
Los documentos que mencionas son de gran importancia para la continuidad de la empresa familiar, pues sin la transmisión de los valores y la forma de hacer que forman parte intrínseca del apellido familiar. Los parientes políticos son de enorme importancia para el equilibrio de la familia empresaria y su buena integración puede ser vital para el proyecto empresarial. Aquí en Cataluña hemos tenido siempre grandes ejemplos de los parientes políticos que dirigieron importantes empresas familiares con mucho éxito y con gran apoyo de la familia.
Adoptar el apellido, es un acto simbólico que en la cultura japonesa tiene una connotación y aceptación social muy distinta de los que tendría en nuestra cultura y sociedad, y de ningún modo se me ocurre plantearlo como una práctica recomendable en nuestro u cualquier otro país occidental, pero si me parece interesante explorar los distintos modelos de transmisión generacional y poder compararlo con el nuestro aunque sea solo un ejercicio intelectual.
Saludos
Josep
En nuestra cultura me parece que no tiene ningún sentido adoptar a un yerno/nuera para perpetuar el apellido del fundador. Con la deseable incorporación de las mujeres en el gobierno y en la gestión de las EF, el apellido paterno se diluirá con los cambios generacionales y creo que no tiene ninguna trascendencia.
Si que es importante, en las EF, que los familiares «políticos» conozcan y participen de alguna manera en los valores de la familia empresaria, siempre respetando la libertad de cada rama familiar.
Más delicado es la incorporación de los «políticos» en las estructuras de propiedad, gobierno y gestión. Si es el caso, los candidatos políticos deberán cumplir más si cabe, los requisitos que el protocolo familiar imponga a cualquier candidato externo.
Estimado Álvaro,
Desde el punto de vista antropológico, en la cultura occidental el apellido familiar en gran medida ha sido responsable del proceso de creación y preservación de riqueza. Es cierto que los cambios sociales y la igualdad de géneros que disfrutamos hoy en día ha sido una importante evolución social con múltiples ventajas, pero para las empresas familiares el apellido familiar sigue representando un activo muy importante, porque va ligado a la creación de la reputación y de la marca, dos elementos fundamentales para el éxito empresarial.
Saludos,
Josep
Si adoptan al marido de la hija, esa relación se vuelve incestuosa, no?
Ya se que es un asunto cultural pero, hablando en general la práctica que usted describe es puesta en práctica cotidianamente en las empresas familiares occidentales al poner a uno de los yernos al frente de la empresa.
¿La pregunta es por qué, en estos tiempos, todavía se considera a la mujer como un ser con menos capacidades que el hombre? ¿Por qué la mujer sigue teniendo el papel de cuidadora en la historia familiar?