¿Una silla cómoda o incómoda?

Con la evolución en el tiempo, el número de  propietarios de la empresa familiar aumenta y con ello  aumenta el tamaño de la mesa de reuniones. De una mesa camilla, en la primera generación, se puede pasar a una mesa grande con muchos asientos alrededor e incluso  a veces puede hacer falta alquilar un auditorio. Pero, la calidad de los asientos o el material del cual estén hechas la sillas, no tendrán nada que ver con que uno se sienta cómodo o no ocupando el asiento en aquella reunión.

Lo que sí lo definirá, es el ambiente que se genere entre todos los que estén allí sentados.

Cuando en una misma mesa están sentados un empresario familiar que se siente poco respaldado por un accionariado que, según su punto de vista , no está preparado para seguirle en las difíciles decisiones que tiene que tomar cada día y cuando frente suyo está sentado un accionista que se siente poco informado e involucrado en el día a día de la empresa, la solución no está en buscar quien tiene la culpa, sino en buscar el mejor remedio.

Para uno su sueldo y su vida laboral dependerán de la buena marcha de la empresa. Mientras tanto, el otro tendrá más preocupación por maximizar el reparto de los dividendos o por obtener liquidez de sus acciones. Inevitablemente habrá dos percepciones muy distintas de una misma realidad. Pero, en todo caso, interpretadas individualmente serán siempre esto: dos percepciones parciales.

La realidad es mucho más que la suma de las interpretaciones individuales y requiere un trabajo constante orientado a lograr el consenso sobre el futuro de la empresa familiar. Para ello es muy fundamental asegurarse  que todos los accionistas tengan la mejor formación.

Es evidente que la formación exigible para aquellas personas que estén en cargos de gobierno o dirección, no es la misma que la que se puede exigir a alguien que tiene acciones y acude una  vez al año a la junta general de accionistas. Sin embargo, todo accionista responsable debe tener una formación mínima sobre los parámetros de gestión de una empresa familiar.

¿Qué nivel de formación ha de tener un accionista?

Podríamos decir que uno puede ser considerado accionista formado  cuando tenga la capacidad de hacerse una idea del entorno competitivo de la empresa familiar de la que es propietario, de la rentabilidad esperable,  emitir juicios razonables y participar activamente en la consecución de las finalidades de la empresa: crecer, crear riqueza y empleo.

La creación de valor para el accionista será una consecuencia de hacer bien lo anterior, y los asientos que ocupan serán cómodos siempre y cuando todos hayan contribuido desde su rol a que así sea.

10 thoughts on “¿Una silla cómoda o incómoda?

  1. Un negocio familiar debe tambien de llevar el mismo sistema de administracion que una PYME para poder crecer.

    1. Ojalá en el comedor reine el buen ambiente , así a todos les gustará el menú.
      Saludos
      Josep

  2. Muy interesante el post. Dentro de ésta formación debería caber también, como en toda formación útil para la persona, de un grado de ética. Esto hará que los accionistas sean responsables a la hora de invertir y se comprometan más con la sociedad. Saludos.

    1. Estimado Esteban,
      La ética es sin duda uno de los grandes perjudicados de los tiempos de crecimiento económico impulsado a base de especulación y otras prácticas muy alejadas de la tradición de la empresa familiar. Sería bueno volver a tener más en cuenta los criterios éticos en todos los aspectos de nuestras vidas.
      Las buenas prácticas empresariales han de volver a inspirar a toda la sociedad para salir de esta situación tan difícil que afecta a nuestro y muchos otros países del mundo.
      Saludos,
      Josep

  3. Es importante crear conciencia en los accionistas y sobretodo que participen de manera activa en las decisiones de la empresa.

    1. Estimada Liseth,
      Es como tu dices y por ello hay que disponer de estructuras y procesos que ayuden a fomentar el compromiso y la responsabilidad individual que cada uno ha de sentir como parte de un proyecto importante para la familia.
      Saludos,
      Josep

      1. Asi se empieza todo.
        Me encanta vuestro blog, le recomiendo a toda las personas amantes a este tipo de post que visiten este sitio, blog de mucho interes para sus lectores.

  4. Enseñar a los hijos y a los sobrinos a ser accionistas hay que hacerlo desde que son pequeños y por supuesto antes que potenciar sus habilidades directivas. Desde mi punto de vista es fundamental para la supervivencia de la empresa ya que alguno gestionará y otros muchos serán accionistas sin responsabilidades de gestión.

    1. Estimado Fernando,
      Muchas gracias por tu comentario y sobre todo por añadir la importancia que tiene no solo concentrarse a enseñar a los propios hijos, sino también a los sobrinos. No hay que permitir que se instale el sentido de pertenencia a una u otra rama familiar. Es un aspecto de vital importancia para la familia empresaria. Cuando hay confianza, todos los miembros, independientemente de la rama a la que pertenecen, se ocupan de enseñar y aprender unos de otros. De esta forma se establecen las condiciones para que la empresa progrese y la familia prospere.
      Saludos

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