El modelo que define la empresa familiar como tres círculos que interactúan constantemente según criterios característicos para cada uno de ellos y su naturaleza intrínseca, está ampliamente asumido por la comunidad interesada en asuntos relativos a este tipo de empresas.
Ámbito de la empresa: La empresa se rige por criterios de management generalmente aceptados como buenas prácticas y que han demostrado que son reglas que si se prescinde de ellas el precio que se acaba pagando es alto, ergo es recomendable respetar esas reglas
Ámbito de la propiedad: Desde hace siglos los juristas acuñaron la idea de sociedad mercantil y el funcionamiento de aquella está debidamente regulado en todos los países.
Ámbito de la familia: Cada familia es distinta. Si una familia quiere mantener la cohesión y la voluntad de compromiso hacia una idea empresarial con la intención de dejar como legado todo esto a las siguientes generaciones solo puede hacerlo de una forma: A través de su cultura y de sus valores.
Los valores en la empresa familiar los imprime la familia y cuando se viven de verdad, determinan cada aspecto de su actividad. Sin ellos, una empresa familiar sería como un barco que navega sin rumbo, dejado a la merced de los vientos y las corrientes.
[youtube]http://youtu.be/zJ8H6o9iXxw[/youtube]Conocer los valores que orientan el “barco” es fundamental para cualquier persona que trabaja en una empresa familiar, independientemente de si pertenece o no a la familia fundadora. En el video adjunto se habla de una cierta clasificación de los valores en una doble dimensión. Una dimensión jerárquica que los categoriza en nobles, útiles y agradables y una dimensión que se refiere al comportamiento y al estado final.Los valores constituyen la esencia de la cultura empresarial propia de cada empresa familiar, única e inimitable, que con el tiempo se convierte en una fuente ventaja competitiva. Y para que los valores tengan una mayor cabida en la cultura empresarial, una vez enumerados cuales son, es recomendable hacer un ejercicio, tanto a nivel individual, como colectivo, y clasificar los valores que definen la empresa familiar según la separación antes mencionada.
El ejercicio ayudará a analizar el grado de identificación que hay con los valores destacados y poder compararlos con el momento actual que vive la sociedad y los mercados. En otras palabras nos ayudará a entender un poco mejor el porque de nuestras acciones.
(Mayor información sobre estos temas, se puede encontrar en FUNDAMENTOS DE LA FAMILIA EMPRESARIA )
Muy acertado el post y los comentarios. Yo creo que la única forma de que esos valores perduren es formar con ellos una cultura que todos los empleados vivan y soporten con sus actos a diario. Hoy en día no es una fuente de ventaja competitiva, para mi ES una de las más importantes y de las más difíciles de copiar. Se puede copiar lo que se ve, pero no lo que se piensa o se siente, y eso sólo lo tienen los empleados de las empresas con una fuerte cultura corporativa, que no es otra cosa que el reflejo de los valores.
Efectivamente, los valores son ventajas competitivas, y uno de los que caracterizan a este tipo de organizaciones es el alto grado de implicación de sus miembros con el proyecto empresarial, el compromiso, y con él, el sentido de pertenencia.
Comparto plenamente que la dificultad está en transmitir los valores generación tras generación, y que aún poniendo la mejor de las intenciones y sabiduría colectiva unas lo consiguen y otras no.
En todo caso, creo que los ingredientes básicos para intentarlo tienen que ver con una buena comunicación y transparencia de la empresa con todos sus miembros familiares, el ejemplo de los padres con su esfuerzo, vocación y ejemplaridad en el ejercicio de los valores, y el diseño temprano y consensuado de un plan de carrera para los sucesores.
Pero aún con todo ello, serán los sucesores quienes en un ejercicio de libertad individual e intransferible decidirán su voluntad de aceptar o no la sucesión. Creo que es aquí donde la empresa familiar debe aceptar su incertidumbre futura en que pueda dejar de ser empresa familiar y ser “sólo” empresa.
Felicidades por los artículos.
Xavier Romea
es.linkedin.com/in/xavierromea/
Estimado Xavier,
Lo que más define a la empresa familiar es la voluntad de continuidad que expresan los propietarios.
Sin duda, la comunicación en este, como en cualquier otro proceso de interacción humana, resulta fundamental.
Saludos,
Josep
Gracias Josep por este artículo.
Lo complejo no es definir los valores ni catalogarlos. Lo realmente difícil es transmitirlos generación tras generación.
Hubo una época en la que la transmisión empresarial se hacía de padres a hijos (en singular y con este género) con unos criterios que hoy son inaceptables a los ojos de la sociedad. La discriminación por sexos o por edades permitían figuras como la del «heredero» único que ahora nos parecen del todo anacrónicas. Hoy la propiedad familiar se atomiza exponencialmente generación tras generación y la «transmisión responsable» es cada vez más compleja porque la mayoría de los accionistas acaban teniendo un papel pasivo y les es difícil asumir ese rol sin sucumbir a la tentación de venderse lo que es suyo o imponer sus intereses por encima de los de la empresa o de la familia.
El riesgo es grande. Se habla mucho de la sucesión en el liderazgo y muy poco de la sucesión de los socios y el riesgo es muy superior. Todos sabemos lo que significa tener una Junta General no alineada con el Consejo de Administración sean no sean familiares. Esforzarse en la tarea de transmitir los valores es la clave del éxito.
Si los nuevos accionistas poseen y entienden que esos valores son la clave del éxito obtenido hasta la fecha querrán conservarlos y si no lo entienden así impondrán los suyos.
Estimado Ferran,
Muchas gracias por tu interesante aportación.
Coincido plenamente en que una de las grandes dificultades en la continuidad de las empresas familiar es la transmisión de los valores. Seguramente porque no basta con predicarlos, hay que «ejemplarizarlos».
Es responsabilidad de todos los miembros de la familia conocer y compartir los valores que están en los cimientos de la empresa familiar y según la realidad social y de los mercados que la rodean, evaluarlos y si es necesario modificarlos para adaptarlos a los tiempos que corren. De nuevo vuelvo a la clasificación: los valores nobles en mi opinión son inmutables, los útiles y los agradables deben adaptarse al devenir de los tiempos.
Saludos,
Josep