El mes pasado fue publicado el Barómetro Europeo de la Empresa Familiar que recoge las respuestas de las empresas familiares de 14 países, incluidas 240 empresas familiares españolas, entrevistadas entre julio y septiembre de 2013. Las respuestas reflejan sus expectativas, retos y preocupaciones a corto, medio y largo plazo.
Ante la pregunta: “Preparar y formar a un sucesor antes de que tenga lugar en la práctica la sucesión”, un 77% de las empresas familiares europeas contestaron mostrarse muy o extremadamente preocupadas por este tema, mientras que solamente al 58% de las españolas les pareció de igual importancia el tema de la sucesión. Las respuestas comparadas muestran 19 puntos de diferencia a favor de las europeas.
En la vida de las empresas de carácter familiar, la sucesión es sin duda el proceso más importante, porque determina la propia condición de ser o no una empresa familiar. Sin sucesión no hay continuidad y los errores cometidos en este proceso pueden ser determinantes , e incluso poner en peligro no solamente la empresa, sino también el patrimonio familiar.
La mejor forma de evitarlo es invertir en la formación continua de las personas en cuyas manos quedará depositado el legado . Lo digo en plural porque aunque el sucesor fuera una sola persona, estar rodeado de directivos y accionistas familiares formados, seguramente beneficiará la buena marcha de la empresa familiar.
Cabe señalar la responsabilidad de la generación al mando. Como mentores de los sucesores, ellos/ellas ofrecen una fuente de experiencia y conocimiento único. Acompañar a los sucesores con generosidad y cariño les será recompensado con la tranquilidad que vivirán a la hora de entregar los mandos de la empresa familiar.
La carrera es larga y es importante darse cuenta de estos factores porque, si no, a la hora de dar la señal de la salida, tras el un, dos, tres, preparados… puede que los que vienen no estén listos.
En tu empresa familiar, ¿estáis listos para la sucesión?
Parece una paradoja que la Empresa Familiar que suele planificar a largo plazo, le cueste incluir en esa planificación el tema de la sucesión. Quiero decir, que no creo que la cuestión sea «darse cuenta» de la importancia que tiene planificar el proceso de sucesión. Las empresas conocen su importancia, saben que de eso depende su continuidad. Desde mi punto de vista lo que ocurre es que es un proceso muy complejo, en el que intervienen muchos factores, y, a veces, en el planteamiento, no se tiene en cuenta todos los factores que hay en juego. A veces,para no afrontar los conflictos que crea un proceso de este tipo, se opta por posponerlo indefinidamente, hasta que ya no queda más remedio que afrontarlo. Entre lo que «se debe hacer», y lo que se «hace», parece que siempre hay una brecha insalvable. No sé si abordar la cuestión desde «lo que se debe hacer», soluciona algo, quizás sería mejor comprender todos los factores que hay en juego, y por supuesto crear espacios de diálogo.
Estimada Berta
Gestionar el día a día de un proyecto empresarial es un proceso muy absorbente y requiere de muchos sacrificios. Muy a menudo el principal sacrificado son las relaciones familiares que quedan postergadas al segundo plano, dando la prioridad a los temas puramente empresariales y de los que depende la solvencia económica. No es algo que se hace a propósito. Muchas veces ocurre simplemente por las circunstancias y las exigencias del proceso de levantar y mantener una empresa familiar.
Desafortunadamente si los temas familiares y entre ellos la sucesión como EL TEMA no fueron atendidos a tiempo, pueden producirse situaciones que pongan el peligro todo el esfuerzo previamente realizado.
Saludos
Josep