¿Puede haber continuidad de la empresa familiar si los valores individuales no estén alineados con los valores de la familia empresaria?
Para encontrar la respuesta, os invito a observar a vuestro alrededor y pensar en instituciones que cada uno conozca y que han perpetuado en el tiempo. A pesar de todos los cambios que ha habido en su historia, siguen allí porque hay un grupo de individuos que creen en los valores que como conjunto comparten y transmiten.
Todas las instituciones existentes son grupos de individuos reunidos alrededor de un objetivo común, unos valores compartidos y el deseo de perpetuarse en el tiempo . Si no se hubieran dado estas circunstancias seguramente no hubiera habido continuidad. Forman parte de un gran proyecto de gente que viven los valores como algo que trasciende su existencia. Forman un grupo unido que trabaja o juega o enseña o reza o gobierna o lleva a cabo cualquier otra actividad de acuerdo a esos valores que quiere trasmitir a la generación siguiente.
Si se fijan bien en las instituciones que han perdurado verán muchos colores, ideas, ideologías, creencias, métodos, modelos, etc. pero todas tienen una cosa en común: una serie de valores compartidos.
Todos tenemos diferentes valores individuales que guían nuestro día a día. Muchos de los valores individuales son moldeables, si no, difícilmente nos adaptaríamos al mundo en el constante cambio. Pero hay una serie de valores inmutables que buscan ser compartidos. Representan las aspiraciones más nobles que uno tiene en la vida y su fuerza reside en la relación con otras personas que comparten estos mismos valores.
Es fácil reconocerlos, son valores que nos hacen sentir importantes dentro del grupo que formamos. Aquí no hay competición. No hay puntuación ni clasificación. Uno los vive o no los tiene. Si los vive hace más fuerte a todo el grupo. Si no, lo debilita.
Por ello es muy importante acordarse de vez en cuando cuales son los valores que nos definen como familia empresaria. Hay muchas maneras de hacerlo. No importa tanto si están escritos en piedra, papel, arena u oro, porque si no se predican con ejemplo no llegarán a ser más que palabras adornadas.
Transmitir esos valores es el papel principal de los que lideran cualquier institución y sobre todo de los que lideran esa institución compleja que es la empresa familiar.
Excelente reflexión. Piedra angular que se dá en las empresas familiares. Enhorabuena!!