Futuro y realismo

futuroLlega un momento en que el fundador ha de plantearse si es conveniente o deseable que la empresa, que hasta ahora era solo o fundamentalmente suya, pase a ser de propiedad familiar.

La cuestión no es baladí. No tendría sentido ceder sin garantías y salvaguardas para la continuidad de la empresa la propiedad de ésta a un hijo que ha demostrado ser un mal gestor, irresponsable y dilapidador, por muchas ilusiones que el joven o la joven (aunque quizás no tan jóvenes) se hubieran hecho de suceder a papá al frente del negocio.

Heredar la propiedad de una empresa familiar es un privilegio que conlleva también una responsabilidad. El fundador ha de preguntarse si tiene derecho a imponer esa carga a sus hijos o a alguno de ellos. Lo obvio es considerar si éstos han manifestado explícitamente que les interesa.

Más complejo es comprobar si estos posibles herederos serán capaces de dar continuidad a la empresa en un mundo cada vez más competitivo. O cuestionarse si la empresa será un elemento de unión o desunión para la familia. Estos dos últimos factores son más sutiles porque nadie sabe lo que puede ocurrir dentro de unos años: siempre existe el riesgo de que las cosas vayan mal. El asunto es que el fundador analice los datos de que dispone en ese momento, sin dar por supuesta la competencia profesional de sus posibles herederos ni la armonía familiar.

Si el escenario global es negativo, es decir, si el emprendedor está seguro de que a ninguno de sus hijos le interesa la empresa, o hay altas probabilidades de que suponga una amenaza para la continuidad, no compensa darle más vueltas. La solución es vender y punto final. Aunque el fundador rompa los sueños que durante años se hubiera forjado, es una decisión absolutamente honorable y razonable.

En determinadas circunstancias, el fundador puede llegar a la conclusión que es mejor vender la empresa garantizando así su continuidad en vez de traspasar a sus sucesores un problema que no tiene solución. En supuestos así, quien adopta la decisión de vender, además de perspicacia, demuestra también valentía para reconocer una realidad ingrata y actuar en consecuencia.

Una pregunta obligada para la auto reflexión es la ya clásica cuestión atribuida a Peter Drucker: ¿Si esto no fuera mío, invertiría en ello?

Si la respuesta es no, ¡tome decisiones!

Pueden leer otro post inspirado en la antes mencionada pregunta: Si esto no fuera mío

8 thoughts on “Futuro y realismo

  1. Muy interesante la reflexión y el libro. ¿Dónde podría comprarlo? ¿Está en formato físico o solo digital?

    Muchas gracias, estoy estudiando para un trabajo de la carrera e intento recopilar cuanta más información mejor antes de abordar el trabajo sobre los valores y la evolución y adaptación de la empresa familiar.
    Que pase un buen día y gracias! 🙂
    Judit.

    1. Muchas gracias Judit,
      Toda la información acerca del libro la puedes encontrar en la página web de la editorial Libros de Cabecera.
      Saludos
      Josep

  2. Con pragmatismo hacia la patrimonialización. Y sin perder de vista otro de los objetivos de todo empresario: las responsabilidades hacia la sociedad más immediata, el conjunto de trabajadores y profesionales que han colaborado con la empresa.
    La familia se refuerza, el empresario ha hecho su camino y ha obtenido sus réditos (y ha sufrido, tambien, seguro). Los sucesores son libres para emprender (o no!) sus sueños. En el fondo, es la misma solución cuando no hay descendencia. Preferible al declive o desaparición por deficiente gestión del o de los «herederos» o sucesores.

    1. Estimado Joan
      Comparto contigo la idea de que la primera responsabilidad social de una empresa y de un empresario es evitar la desaparición de la empresa y eso a veces puede pasar por la venta de la misma.
      Saludos
      Josep

  3. Muy buena la reflexión final, digamos que es un punto de partida para seguir o cortar relaciones con la empresa.

    1. Apreciado Lucas
      Imagino que te refieres a la pregunta de Peter Drucker. Creo que el maestro del management utilizando el método socrático quería invitar a medir el nivel de autoconfianza en el proyecto empresarial, lo cual es básico para asegurar la continuidad.
      Josep

  4. Bueno, en cualquier caso el sueño del fundador se ha cumplido porque lo ha realizado, pero es verdad que no puede imponer la continuidad de la empresa familiar a los miembros de su familia, si estos no han mostrado ningún interés. Y en otros casos también es una cuestión de prioridades:¿ privilegio la armonía familiar, o la continuidad de la empresa?, a veces esto es una falsa dicotomía, y pueden darse las dos perfectamente.

    1. Estimada Berta
      Efectivamente, estamos ante el viejo dilema family first vs business first.
      Saludos
      Josep

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