De la observación de las empresas familiares parece deducirse, como es lógico, una correlación entre empresa exitosa y la formación de la segunda generación.
Dedicaré este y el siguiente post a tres puntos que considero importantes en este proceso:
- Seguir estudios universitarios
- Trabajar a las órdenes y al lado del fundador
- Tener experiencia fuera de la empresa familiar
Vamos con el primer punto. Si uno se lo propone, seguir estudios universitarios con seriedad puede suponerle aprender y desarrollar muchas virtudes que le resultarán útiles en la vida profesional. Constancia, puntualidad, administrar bien el tiempo con libertad y responsabilidad, trabajar bajo la presión de los exámenes, dosificar el esfuerzo según la dificultad de cada asignatura y la capacidad personal, apertura de horizontes mentales, someter la intuición al rigor intelectual, capacidad de análisis y síntesis, poner en cuestión ideas preconcebidas, ejercer la autocrítica, argumentar de manera convincente y un largo etcétera. Estas y muchas más, son oportunidades que la universidad ofrece si se sabe aprovechar lo que en sus aulas se brinda .
Otro tipo de hábitos hacen referencia a la relación con los demás: respetar las opiniones ajenas, comprobar que otros obtienen buenos resultados aplicando técnicas distintas, convivir con estudiantes y profesores de otras culturas, tradiciones y modos de hacer, generosidad, compañerismo. Para decirlo todo, la verdad es que el paso por la universidad también puede facilitar la adquisición de actitudes negativas: eso depende de muchas pequeñas decisiones individuales.
En todo caso, ha de quedar claro que carecer de estudios superiores no marca de por vida . Ha habido muchos ejemplos de empresarios extraordinarios que sin contar con la formación universitaria consiguieron resultados extraordinarios. Ejemplos de hombres y mujeres que levantaron grandes empresas y les convirtieron en modelos y casos de estudio en las escuelas de negocio. Sin embargo, la mayor parte de estas personas son fundadores. A la hora de su retirada la empresa ya habrá alcanzado una estructura y tamaño que requieren de otro tipo de conocimientos, habilidades y capacidades.
Tener o no un grado universitario no puede considerarse un requisito imprescindible para acceder a puestos de alta dirección.
Sin la experiencia empírica correspondiente, el mero hecho de tener una licenciatura universitaria no puede considerarse un requisito imprescindible para acceder a puestos de alta dirección.
Para complementar el proceso de formación hacen falta dos pasos adicionales sobre los que hablaré en el post siguiente.
¿Qué recomendarías en el caso de no cumplir 2 de los 3 puntos?
Es el caso de un familiar cercano, del mundo textil. Profesional de perfil técnico, pero sin estudios superiores ni experiencia laboral fuera de la empresa familiar. Por enfermedad, el padre debe retirarse de manera forzosa, quedando muchas de las parcelas de la pequeña PYME (10 trabajadores) sin cubrir.
Estimados,
Si entiendo, bien el profesional es el hijo del fundador y está trabajando en la empresa. Aun así, sin más información, sería precipitado hacer conclusiones definitivas.
En esta fase, sería importante conocer el grado de conocimiento y aptitudes que el sucesor posee, primero en la gestión y los procesos de su propia empresa y luego en el sector en el que operan. Cómo decía en el post, poseer grado superior de formación no es un requisito indispensable para los sucesores, pero no descartaría plantear hacerlo más adelante, una vez asentado al mando de la empresa. Por otra parte, trabajar fuera es sin duda una experiencia enriquecedora y sería aconsejable hacerlo, pero dadas las circunstancias que describes puede ser que no habrá tiempo para ello. En todo caso, recomendaría estudiar la posibilidad de mentoring o la contratación de un consejero externo con experiencia en el sector, que acompañara el sucesor durante el periodo inicial.
Como decía, estas son solamente primeras hipótesis. Sin embargo, hay algo que ya en esta fase puede ser un buen indicador de la aptitud del candidato para hacerse cargo de la empresa. Es la aceptación que tiene para suceder al padre, tanto entre la familia, como la plantilla.
Saludos cordiales,
Josep