Encontrar en la siguiente generación una persona o un equipo comprometido y capacitado para liderar el proyecto empresarial, es sin duda uno de los mayores retos que ampara el proceso de sucesión en una empresa familiar.
Hasta ahora la investigación y la consultoría de empresa familiar se centraban en el modelo de tres círculos que dividía la empresa familiar entre empresa, familia y propiedad. Este modelo sin duda sirvió para entender mejor los procesos y las dinámicas que ejercen influencias en cada uno de los círculos, y sobre todo los efectos que se producen en las intersecciones de los mismos.
Es en el contacto donde se produce la fricción que causa la reacción. Es justamente allí donde se manifiesta la capacidad de todo el sistema de superar o atascarse y donde los que nos dedicamos a la empresa familiar solemos encontrar problemas y también soluciones.
Desde que Davis y Tagiuri presentaron el modelo de los tres círculos, la investigación ha llevado a un mayor conocimiento de las características intrínsecas de las empresas familiares. Esto nos ha llevado a avanzar hacia al concepto de la familia empresaria. Hoy en día, como decía en un post anterior, incluso el propio John Davis ha dejado de hablar del modelo de los tres círculos para empresas familiares y ha pasado a un nuevo modelo en el que la familia empresaria ocupa la centralidad.
La parte nuclear e indivisible de la familia empresaria es la persona. Gracias a mi colega y querido amigo el profesor Joan de Dou he aprendido a situar al individuo en el lugar central del sistema (ver la imagen). Es un modelo donde los círculos son concéntricos, lo cual no significa que en lugar de chocar se complementen ni tampoco lo contrario.
La personalidad, incide en el comportamiento de cada persona y su forma de responder ante diferentes situaciones. Conocer y saber gestionar las distintas personalidades en un sistema tan complejo como la familia empresaria es uno de los principales requisitos para liderarla. Es por ello que la persona, o el equipo del que se espera que lidere el proyecto empresarial en el futuro, han de tener este talento que queda tan bien definido con el término “don de gentes”.
Hoy en día al conocimiento técnico de empresa se puede acceder con mucha más facilidad que antes. Pero el “don de gentes” se desarrolla en el primer nivel de socialización de cada persona; en la familia. Es allí donde se aprende convivir y resolver todo tipo de situaciones que implican el trato personal. Las personas en cuyas manos recae la responsabilidad de liderar han de saber gestionar estas relaciones para que las personas forman parte de la familia sigan confiando e identificándose con el proyecto común de toda la familia.
Excelente! es así como venimos trabajando hace tiempo con nuestras empresas familiares, con las personas , sus relaciones y sus entramados. Ahí residen los conflictos, por eso los reflejamos en ellos mismos como individuos, luego en sus familias y luego en las empresas. El tejido social tiene una composición que se basa en las personas, por eso deben ser el foco en nuestro trabajo de acompañarlos en los procesos.
Gracias!
Cristina
Estimada Cristina,
Muchas gracias por tus aportaciones.
Saludos
Josep
Al final la conclusión se puede aplicar a todos los campos, es la educación base la que define a las personas, tanto para poder liderar con garantía una empresa familiar, como para poder ser válido a nivel profesional en cualquier campo.
Estimado José Antonio,
La educación es la base para cualquier actividad y para el progreso humano.Las relaciones entre empresa-familia-propiedad, por su propia complejidad requieren ser observadas desde una perspectiva distinta de la que se daría si observáramos a cada uno de los tres sistemas por separado.
Saludos
Josep
Sumamente interesante como siempre.Estoy de acuerdo que la primera enseñanza del «don de gentes» en la empresa es en la familia,como tambien es la simpatia, la empatia,el fortalecimiento y continuidad de relaciones sociales y profesionales personales heredadas que no deben perderse o deteriorarse por los egos personales, la vanidad o la siempre perjudicial prepotencia . El equilibrio personal,los buenos modales y sobretodo la etica son atributos esenciales en el liderazgo de una empresa familiar o
qualquier otra.Estos remas son tan importantes como conveniente recordarlos de vez en cuando.Graciñas profe,como decimos por aqui.
Estimado Luis Fernando,
Muchas gracias por tu aportación.
Saludos
Josep