El domingo es Navidad y en quince días fin de año. Buen momento para hacer balance de lo acontecido durante el año que termina.
A lo largo del año hemos tratado muchos temas clave para el buen funcionamiento de la empresa familiar, desde temas centrados en la gestión del día a día de la empresa a aspectos más relacionados con la esencia de las empresas familiares y su estrategia, siempre desde un enfoque basado en las personas, como no podía ser de otro modo. Al fin y al cabo, la empresa familiar son las personas que forman parte de ella y la hacen posible, sean o no miembros de la familia propietaria.
A la hora de tratar a las personas en cada ámbito la máxima esencial es la siguiente: en la empresa meritocracia y en la familia amor y paz.
Cada persona es única y vive su propia realidad. Solo entendiendo bien a cada una de las personas que componen la empresa familiar y su familia propietaria será posible asegurar la sostenibilidad del sistema.
Por lo que se refiere a la empresa, los puestos de responsabilidad deben ser ocupados por los mejores profesionales posibles, independientemente de que sean miembros de la familia o no. Pensar que en la familia hay más talento que en todo el universo externo a la familia seria naif. Aunque, por supuesto, hay que aprovechar al máximo el talento interno a la familia, este talento no necesariamente ha de significar saber dirigir empresas. Lo que hay que saber es ser accionistas responsables. Si además en la familia hay buenos gobernantes y buenos gestores, miel sobre hojuelas.
La armonía familiar es esencial para el buen funcionamiento del proyecto empresarial compartido y esta dependerá de que cada una de las personas involucradas vea cumplidas sus expectativas. No existen fórmulas mágicas que aseguren el mantenimiento de esa armonía, sobre todo porque no hay dos familias iguales, aunque buenas prácticas como compartir actividades en familia, aprender a saborear el presente y diseñar un plan de carrera para cada miembro de la familia pueden ayudar a aumentar el nivel de bienestar.
El protocolo familiar debe ayudar a crear un marco de convivencia que vele por el crecimiento de cada miembro de la familia y, de esta manera, conduzca a la felicidad individual y a la armonía colectiva. Siempre, eso sí, que se entienda el protocolo como un documento vivo y flexible que gira en torno a tres dimensiones: las personas, la familia y la empresa.
Volviendo a la centralidad de la persona hay que preguntarse qué piensa cada persona, qué siente y cuáles son sus tendencias conductuales. Solo así hay alguna probabilidad de armonía y paz a largo plazo.
Si las personas no están cómodas en su rol en la familia empresaria el tan deseado equilibrio a largo plazo acabará por romperse.
Así pues, quizás este fin de año sea buen momento para plantearse si verdaderamente estamos prestando atención a las necesidades de cada persona en nuestro entorno familiar y profesional.
Felices Fiestas a todos.
Conozco algún que otro caso de pymes que creen que a la empresa familiar la hace, justamente, los integrantes de la familia, y continuan ocupando los cargos directivos familiares por sobre empleados ajenos a la familia, aún cuando sus condiciones intelectuales y profesionales no son las mejores. También he vivido de cerca y he visto como familiares de una empresa ocupan un cargo directivo con el que no se sienten cómodos, con las consecuencias que esto acarrea.
Me gustan sus artículos Josep, los acabo de descubrir y ya los leo con mucho interés. Gracias por compartirlos. Saludos cordiales. Juan.
Felices fiestas también a usted y su familia. Gracias por compartir su conocimiento.
Apreciado JOSEP:
Para ti y todo el Equipo de la Catedra de Empresa Familiar, os deseo unas muy Felices Navidades y que 2017 os depare todo el bien que mereceis que es mucho.
Muchisimas Gracias por vuestras enseñanzas.
alex zuazua garcia
Muchas gracias por los buenos deseos, Alex. Felices fiestas.
Josep Tàpies