“Cómo voy a innovar en este sector si ya está todo hecho”. “Este sector no admite cambios porque es muy tradicional y las cosas siempre se han hecho así”. Son dos excusas muy habituales cuando intentamos justificar por qué nuestra empresa no innova más. Pero casos como el de Pazo de Vilane nos demuestran que son solo eso, excusas.
“Era difícil, pero hemos innovado con el huevo”, explica en Cinco Días Nuria Varela-Portas, la fundadora de esta empresa familiar que empezó criando 50 gallinas y hoy vende 24 millones de huevos y factura cinco millones de euros.
Hace dos décadas, esta gallega licenciada en económicas estudiaba en Londres cuando decidió hacer realidad un sueño que tenía desde pequeña: recuperar el pazo familiar, que databa de mediados del siglo XIX y que en la década de 1970 había abandonado toda actividad agrícola. Embarcó a sus hermanos en la aventura y así nació Pazo de Vilane, empresa dedicada a la producción de huevos camperos. “Somos cuidadores de gallinas, no fabricamos huevos”, aclara su fundadora.
El proyecto pronto se convirtió en algo familiar. Cuando el padre de Nuria heredó el pazo junto con sus seis hermanos, en lugar de dividirlo en siete partes decidió hacer una sociedad económica entre todos para que la finca no perdiera valor. Luego compró todas partes, y hoy son ella y sus dos hermanos quienes gestionan la empresa, “porque Pazo de Vilane es un proyecto empresarial y patrimonial”, asegura.
Cuando le preguntan si es importante para ellos trabajar en familia, responde “es bueno, siempre y cuando estés alineado con los valores y los objetivos de la empresa”. Añade que su padre les transmitió “muy bien los valores” de lo que es Vilane, aunque los tres hermanos han hecho “una renovación de votos”, porque es difícil mezclar afectos y negocios.
La idea de vender huevos no surgió de repente, sino que dedicaron “un tiempo discurrir por dónde tirar”. Tenían, eso sí, algunas premisas claras: no querían prestar un servicio, lo que dejó fuera la idea inicial de abrir un hotel rural; tampoco querían producir para otros, querían ocuparse de todo el proceso, desde la producción a la venta. “Y surgió lo de las gallinas”, explica Varela-Pons. Aunque en realidad la idea va mucho más allá.
Pronto empezaron a innovar: la caja de cartón tuvo un papel crucial en su éxito. “Innovamos con la caja de cartón, un concepto de marketing revolucionario, sin la típica foto de la gallina en el campo. Lo presentamos como si los huevos fueran un regalo, y llamaba la atención porque la gente se daba cuenta de que éramos alguien que estaba intentando contar una historia. Vendíamos un producto, con la historia de una familia detrás.”
Nuria Varela-Portas explica que la aventura no ha estado exenta de dificultades: “hemos tenido momentos de mucha dificultad y nos hemos comido muchos huevos”. Al principio, la gente se sorprendía de la idea y cuenta que más de una vez la animaron a que se buscara un empleo, pero el peso del legado pudo más: “tengo tanto apego a nuestras raíces, deseaba tanto recuperar nuestra casa, que nos daba igual lo que nos dijeran”, explica.
Confiesa, eso sí, que “no había hecho ningún plan económico, no hubo un emprendimiento planificado, todo surgió sobre la marcha”. Espíritu emprendedor en estado puro.
No hay historia perfecta, pero la de Pazo de Vilane nos muestra la fuerza del legado, la importancia de los valores, el poder que tiene una familia unida, que la iniciativa emprendedora a veces se lleva en los genes y que la innovación es la clave no solo para sobrevivir en el tiempo, sino incluso para resurgir de las cenizas, como el Ave Fénix.
Qué gran historia! Mi enhorabuena al Pazo de Vilane y a Nuria Varela por ese gran espíritu de emprendimiento. Queda claro que en la innovación está la clave y que en cualquier sector se puede innovar, aunque sea de lo más tradicional, como el caso de los huevos.
Muy buen artículo. Siempre es posible innovar, únicamente hay que tener claro el cómo hacerlo y cómo incorporar esa innovación en la sociedad.
Muy buen post, muy interesante. Y enhorabuena al Pazo de Vilane, que lo está haciendo muy bien y cuyos productos copan el mercado de los huevos de calidad.
Me encantaría poder compartir este post en un blog especializado en información relacionada con la hostelería y la gastronomía.
Un saludo,
Muy buen post, muy interesante. Y enhorabuena al Pazo de Vilane, que lo está haciendo muy bien y cuyos productos copan el mercado de los huevos de calidad.
Un saludo,
En hora buena a Nuria Varela. Un ejemplo de iniciativa, creatividad, unión familiar y defensa no solo de su patrimonio histórico sino de una parte importante de la cultura gallega mas antigua creando riqueza y puestos de trabajo. Se de la dificultad de ese negocio po0rque yo crie pollos en tiempos difíciles cuando se vendían por peso y los tramposos que siempre existen les daban el pienso mezclado con arena cosa que no se puede hacer con huevos