Un accionista responsable de una empresa familiar disfruta de sus derechos pero también se hace cargo de sus obligaciones. Comprender bien este doble rol es esencial. En realidad, en el caso de la empresa familiar, más que de accionistas deberíamos hablar de propietarios. Si en este tipo de compañías solo se cuenta con accionistas pasivos, que acuden una vez al año a la Junta General de Accionistas para recoger su parte del dividendo, se estará perdiendo una valiosa vinculación familiar y todo el talento que estas personas pueden aportar a la empresa.
Hace ya algún tiempo, apuntábamos en este blog las 8 características que comparten los accionistas comprometidos. Explicábamos que un accionista responsable entiende la empresa familiar porque la conoce, la quiere porque forma parte de su historia personal y familiar, y precisamente por eso la respeta y quiere ayudar a que el proyecto siga creciendo. Por todo ello, está dispuesto a invertir su tiempo y sus capacidades en la empresa.
Los accionistas responsables conocen las reglas de juego y están dispuestos a respetarlas. Entienden y aceptan la diferencia entre propiedad, gobierno y gestión.
Admiten la posición que ocupan dentro de la familia y se sienten cómodos con ella. Por otra parte, se sienten justamente tratados y tenidos en cuenta.
Además, y esto es muy importante, un accionista comprometido está bien formado e informado. Se prepara para asumir cargos de gobierno y poder aportar valor, si algún día llega la ocasión. Y tiene acceso a una información veraz, completa y adecuada de la empresa, pues de lo contrario difícilmente podrá realizar aportaciones de valor al proyecto empresarial.
¿Qué formación debería tener un accionista para poder ejercer su rol de forma responsable? Una persona difícilmente puede hacerse responsable de algo que no comprende. Por eso, independientemente de cuál sea la profesión o estudios de los familiares accionistas, es imprescindible que se les facilite formación en cuatro grandes áreas:
- Organización empresarial. El accionista debe entender las estructuras de gobierno de las empresas, las diferentes formas de organización empresarial y las implicaciones que conllevan.
- Comunicación. En la empresa familiar, la comunicación debe ser fluida y permitir el seguimiento del devenir del negocio. El accionista responsable necesita conocer cuáles son sus mecanismos de comunicación con los órganos de gobierno. También debe disponer de herramientas que le permitan estar al corriente de cómo avanza la actividad de la empresa.
- Finanzas. Para poder entender la información económica de la empresa, el accionista debe tener un mínimo conocimiento de finanzas y estar familiarizado con conceptos básicos como el cash-flow, el apalancamiento, los dividendos, etc.
- Fiscalidad. Sin entrar en detalle, el accionista debe poder entender, por ejemplo, qué consecuencias fiscales conllevará un proceso de sucesión. Si desconoce los impuestos que lleva asociada la transmisión de la propiedad difícilmente podrá tomar decisiones fundamentadas al respecto.
A los accionistas y la importancia de que toda la propiedad se sienta responsable dedicamos un capítulo en el libro Empresa familiar: 30 años de preguntas con respuesta. Este manual que hemos publicado para conmemorar el 30º aniversario de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE se puede descargar de forma gratuita en formato pdf interactivo.
Muy bueno la verdad