Julio llega a su fin y es momento de cerrar el curso académico. Hoy publicamos en In Family Business la “Memoria del curso 2019-2020”, donde recogemos toda la actividad que hemos realizado en la Cátedra de Empresa Familiar del IESE en los últimos meses.
He tomado prestado el título de la presentación de la memoria para este post, con el que cerramos también el curso en el blog. Desde septiembre, y a lo largo de 46 posts, cada semana hemos tratado diversos aspectos de las empresas familiares. El tema central del curso ha sido el chequeo a la salud de la empresa familiar, la herramienta diseñada por la Cátedra de Empresa Familiar del IESE que nos ha permitido reflexionar sobre cuestiones clave en este tipo de compañías.
¡Qué importante es reflexionar! De vez en cuando es necesario parar y tomarse tiempo para pensar detenidamente las cosas, y el final de curso es un buen momento para hacerlo. En la Cátedra creemos que la experiencia vivida en primera persona es una gran fuente de inspiración de donde otros pueden aprender. Esta idea nos animó a lanzar “En primera persona”, un espacio de reflexión donde desde hace tres meses, un/a empresario/a familiar o una persona vinculada directamente a la empresa familiar escribe sobre sus propias vivencias.
El oficio de empresario no se puede enseñar, si no que ha de ser aprendido y esto es lo que pretendemos con esta nueva sección: permitir que miembros de familias empresarias, con grandes dosis de generosidad por su parte, nos cuenten su experiencia aportando cuestiones relacionadas con su particular y personal modo de ver las cosas.
Las firmas invitadas no siempre hablan de sus empresas, en ocasiones comparten experiencias personales en otros campos distintos al de la empresa, porque al final el empresario es, ante todo, una persona con su modo de hacer, sus principios, sus valores y su oficio.
Parafraseando al profesor Carlos Llano: “El desarrollo de la persona en y a través de la empresa, implica que la empresa misma, para que sea ámbito o mundo de propio crecimiento, no pierda de vista las cuatro finalidades que constituyen su naturaleza: generar un valor económico agregado, otorgar un servicio a la comunidad, alcanzar el desarrollo de las personas que la integran y lograr las condiciones de su propia permanencia”. Y añadía que, si la empresa no alcanza en “un grado aceptable” será muy difícil que las personas que trabajan en ella puedan desarrollarse a la par. Porque, al final, todo miembro de la familia empresaria busca el crecimiento en su carrera profesional y persigue hacer realidad sus metas, ya sea dentro o fuera de la empresa familiar.
Acabamos un curso de reflexión y replanteamientos estratégicos, como avanzaba en el título del post, en el que hemos mantenido nuestro compromiso de aportar valor al ámbito de la empresa familiar. Esta memoria de actividades que hoy publicamos os permite acceder a todos los contenidos publicados durante este curso, tanto los artículos como los vídeos. Esperamos que los disfrutéis y con ellos nos despedimos hasta septiembre. ¡Feliz verano!