La lógica del corazón es el título de un excelente libro escrito por mi querido amigo y colega Santiago Alvarez de Mon que nos sirvió de base de debate en la primera conferencia anual de empresa familiar que organizó la Cátedra en el 2005. El título del libro viene a cuento porque en esta época del año nuestra lógica abandona temporalmente el cerebro para situarse en el corazón.
¿Y qué es lo que ocurre cuando esta lógica se instala a la hora de marcar la política de retribución, coincidiendo con la Navidad en las empresas de familia?
Pues bien sencillo: como en toda confusión de ideas ahí empiezan las dificultades que acabarán convirtiéndose en problemas.
No nos engañemos. Sigue habiendo empresas familiares en las que la política de retribución a los miembros de la familia ignora todo lo que las reglas del buen management aconsejan y se recurre directamente a la dádiva.
No importa que los estudiosos de las finanzas hayan elaborado abundantes recomendaciones sobre política de dividendos o que lo expertos en retribución de directivos nos aporten sus modelos de retribución en función del rendimiento y el logro de objetivos.
Para papá (y mamá por supuesto), lo que verdaderamente importa es que todos son nuestros hijos y por lo tanto tienen que tener su sobre de fin de año y si puede ser la misma cantidad tanto mejor. Nada que objetar si el óbolo se entrega en sede de familia y no en sede de empresa, pero con demasiada frecuencia esos fringe benefits, como dirían los anglosajones, tienen lugar en el lado de la empresa.
Puede parece que estoy exagerando, pero creedme, lo he visto y desafortunadamente lo sigo viendo.
Os invito a reflexionar sobre el tema desde estas dos ópticas. La compensación discrecional obedece a:
1.- Un deseo de tratar con equidad a todos los hijos independientemente de cuál sea su rol y posición en la empresa.
2.- Una forma de retener el poder por parte de la generación al mando, pues al fin y al cabo, el «sobre» da poder de control.
Por supuesto puede haber muchas más ópticas, pero no quiero ocuparos la fiestas navideñas haciendo análisis.
Por supuesto cualquier otro punto de vista será bienvenido.
Os deseo a todos una muy feliz Navidad.
Josep
Sr. Tapies. Usted habla de LÓGICA, pues a ese concepto me refiero. Usted arremete contra la lógica del corazón, del afecto y de «aquello» que en muchas ocasiones «mueve» a las empresas familiares, en particular del aspecto retributivo del aguinaldo navideño. Yo también me refiero a la LÓGICA, pero a la falta de la misma que envuelve el pago de un bonus anual de 95 millones de $ a un supuesto gurú/megadirectivo super-Harvard/IESE de Merril Lynch/Morgan Stanley/ex-Lehman&Brothers. Entiende ahora la relación que yo establezco. Usted arremete contra la política retributiva llevada a cabo por el corazón de tantos propietarios de PYMES; yo arremeto contra las políticas retributivas -muchas de ellas implantadas por «cachorros» salidos de escuelas como las suya-. Es
my fácil hablar desde las cátedras mediante consejos -por llamarles de alguna manera- alardeando de persona experimentada. Un saludo.
Saludos Profesor Tappies, el tema del óbolo navideño, no es malo siempre y cuando salga del bolsillo de los padres. La empresa puede tener una política clara de retribución para sus empleados inclusive los propietarios si ese fuera el caso, debe respetarse, indudablemente. Y si los padres desean obsequiar un monto de dinero adicional para complementar el óbolo a sus hijos pueden hacerlo por partes iguales como ellos prefieran, el problema surge cuando se dispone de los dineros de la empresa fuera de cualquier política regulatoria, eso crea inequidad interna, dando de que hablar hasta en los empleados. Reciba mis saludos y un placer como siempre sostener este diálogo a distancia.
Sr. Tàpies no sé que tiene más de erróneo el caso que usted menciona o el caso de las mega-retribuciones/bonus de esos banqueros salidos de escuelas de negocios como la suya fuera de toda lógica y proporcionalidad y que no sólo no han levantado miles de pequeñas y medianas empresas con ese tipo de políticas retributivas a sus miembros familiares -pues son fruto más del corazón que de la razón- sino que han provocado el hundimiento del sistema financiero mundial y condenado a la miseria a miles y miles de familias.
Ustedes como flamantes teóricos desde sus prestigiosas cátedras rezan, nosotros lo medianos y pequeños empresarios luchamos día a día para mantener esos millones y millones de puestos de trabajos. Felicies fiestas. Saludos.
Apreciado Pere,
Ante todo gracias por tu contribución.
No acabo de ver la relación entre los temas de reflexión que yo os proponía en mi post y las mega-retribuciones a las que haces referencia.
Lo siento pero no puedo estar de acuerdo con la primera parte de tu comentario «Ustedes como flamantes teóricos desde sus prestigiosas cátedras rezan, nosotros lo medianos y pequeños empresarios luchamos día a día para mantener esos millones y millones de puestos de trabajos. »
Cien por cien de acuerdo con la segunda, pero en cuanto a la primera te recomiendo la lectura del documento de investigación DI-885 de mis colegas Andreu y Rosanas titulado: Manifiesto para un management mejor. Una visión racional y humanista . (D/885 )
Puedes encontrarlo en http://www.iese.edu/Aplicaciones/research/res_detail.asp?ident=10338&fuente=2&lang=es&langDoc=E
Si hubiese cualquier dificultatd de descarga pfv hazmelo saber y colgaré el abstract y el documento en pdf en este mismo blog.
Te recomiendo vivamente su lectura.
Te deseo una muy feliz Navidad y todo lo mejor para ti y para tu empresa en el 2011.
Saludos
Josep
Estoy de acuerdo con el Prof. Tapies, eso no tiene nada que ver. Desde mi punto de vista el problema si siquiera serían los bonus, sino los resultados a medio plazo de las prácticas que fueron premiadas. En cualquier caso, el artículo me evoca la dificultad que tienen muchos empresarios familiares para decir a la cara a sus descendientes lo que hacen bien y lo que hacen mal por temor a herirles. Y ciertamente no es fácil…pero al final ya sabemos como acaba. En tercera o cuarta generación, la venta
Buenos días a todos,
El caso que comenta el profesor Tàpies es peligroso al igual que otros casos en los que se retribuye sin atender a responsabilidades ni logros sino por ser familia. Motivos habrá muchos, pero en mi experiencia he encontrado una mayoría de casos en la que los padres intentar tratar por igual a todos los hijos.
Creo sinceramente que deberían evitarse estas actitudes.
Feliz Navidad a todos
Saludos