Empresa familiar y capital riesgo: ¿intereses contrapuestos?

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El post de la semana anterior terminaba formulando estas dos preguntas:

  • ¿Cuáles son los intereses como accionista de una familia empresaria?
  • ¿Cuáles son los intereses como accionista de un fondo de capital riesgo?

Hoy me propongo desarrollar la respuesta a cada una de ella.
Vayamos a por la primera: ¿Cuáles son los intereses como accionista de una familia empresaria?
Los intereses de un accionista de empresa familiar suelen ir en la línea de legar la empresa a la siguiente generación y de hecho, las empresas que lo logran dedican esfuerzos y recursos a lo que se ha dado en denominar la formación de accionistas responsables. Su horizonte es indeterminado y la unidad de medida la generación. S. C. Johnson lo deja bien claro en su presentación en la web donde reza el logo «S C Johson a family company since 1886. Esta misma compañía en su publicidad en televisión termina sus anuncios con un» S. C. Johnson a family company» y el mismo motto luce en los edificios que sirven de sede corporativa en los distintos países en los que despliega su actividad. Es un orgullo para ellos y una clara declaración de intenciones.
Una de las características de las empresas familiares es el capital paciente, un capital que no se altera con la volatilidad de los mercados financieros y que sabe esperar largos periodos de tiempo para ver entrar en rentabilidad sus inversiones. Algo perfectamente coherente con poner el horizonte en las generaciones venideras.
Volviendo la mirada a la otra pregunta ¿Cuáles son los intereses como accionista de un fondo de capital riesgo?, la respuesta que obtenemos es bien distinta. Normalmente un fondo de private equity capta fondos en el mercado y promete a los inversores del fondo una rentabilidad mínima a un horizonte determinado que por supuesto no es una generación y es lógico que así sea. Nada que objetar.
La cuestión es si un socio financiero con horizonte de vencimiento fijo es compatible con un socio no financiero cuyo horizonte es a muy largo plazo. La respuesta es obvia.
Sin embargo puede haber situaciones ganar-ganar que conviene no echar en saco roto. Hay empresas familiares que tienen programas de crecimiento no acorde con su capacidad de autofinanciación y ahí el socio financiero puede aportar. Ahora bien, la empresa -o mejor su propietarios- deben saber que el socio financiero querrá salir al cabo de unos años y por lo tanto la forma de salida debe estar prevista. Solo así se evitarán los problemas derivados de la diferencia de visión con respecto al negocio que tiene el capital riesgo y la empresa familiar.
Cada uno a lo suyo: la empresa familiar a mirar al largo plazo y la consolidación y el capital riesgo a asegurar la salida con una buena rentabilidad. Ambas visiones no tienen por qué ser incompatibles, pero hay que tenerlas claras por ambas partes.

6 thoughts on “Empresa familiar y capital riesgo: ¿intereses contrapuestos?

  1. Este es un tema que me encanta. Efectivamente, el private equity no comparte casi ninguno (por no decir ninguno) de los valores que distingue a las empresas familiares. Ellos hacen los número, estudian los ratios y planifican la evolución de los mismos para un periodo de tiempo determinado. Como se llegue ahí, no les importa en absoluto. Por ello, la rotación del personal, si los empleados son de primera o segunda generación, si sacrifico mi dividendo en aras de «recompensar» la fidelidad de todos o algunos de mis empleados etc.no entra en sus intereses.

    Estoy de acuerdo en que puede ser una fuente de financiación muy socorrida en determinados momentos, pero hay que pensar muy bien los pros y los contras y sobre todo, tener muy claro que no se pueden esperar cosas que no existen.

    1. Estimado Miguel
      Has tocado un tema muy interesante que tiene que ver con una de las mayores fortalezas de las empresas familiares, que es la cercanía entre la propiedad y los empleados.
      En los ratios de reporting de un fondo de capital riesgo sería difícil computar como tangible un valor como este. Hoy en día todos somos conscientes de que el mayor valor de cualquier empresa son sus empleados y para un inversor invertir sin preocuparse por los niveles de motivación y la relación que hay entre los propietarios y los empleados sería una inversión imprudente.
      Por ello insisto en que puede haber una relación ganar-ganar siempre y cuando estén puestas sobre la mesa todas las cartas y las expectativas de ambas partes.
      Saludos
      Josep

  2. La realidad no es dilemática, sino problemática, es decir, no nos pone ante dilemas, sino ante situaciones que tenemos que resolver. En este caso los intereses de las partes no coinciden, pero, claro que se dan situaciones en que una alianza temporal pude satisfacer los objetivos de ambos. La pregunta no se salda con un «si» o «no» , sino que hay que formularla con horizontes más amplios ¿qué quiere la empresa? , y ¿qué puede hacer para conseguirlo?, y en estas opciones hay que considerar todas, y desde ahí, ver cuál es la más adecuada a cada caso en particular.

    1. Estimada Berta
      Como decía en el post, es justamente en las diferencias entre los horizontes de cada uno donde hay mayores diferencias. El proceso de alineamiento entre las dos visiones pasa por saber qué desea obtener cada uno. Hay que empezar por lo básico que es en este caso: los resultados. Tanto la familia como el private equity desean obtener beneficios. Lo importante es que antes de empezar a hacerlo se deben negociar bien las condiciones para reducir al mínimo el riesgo de las futuras discrepancias acerca del papel de cada uno.
      Saludos
      Josep

  3. Creo que sin duda ambos objetivos son perfectamente compatibles y me atreveria a decir que comunes a los intereses de la propiedad familiar ,asi como tambien necesarios en una emprea de exito.En el apunte del profe hay muchos mensages de gran interes a tener en cuenta.Leerlo dos veces ¡¡¡¡

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