Al trabajar a las órdenes y al lado del fundador, el sucesor se empapará de lo que llamamos cultura empresarial y conocerá las virtudes y defectos de su padre en su faceta profesional.
Es asimismo un modo de enterarse de primera mano de cuáles son las condiciones de vida y de trabajo de los empleados y de conseguir autoridad moral entre ellos por medio de su humildad, dedicación e interés para aprender.
Además de recomendar formación universitaria y de posgrado puede considerarse también un consejo de validez casi universal que el candidato a sucesor tenga que trabajar una temporada larga en una empresa ajena a la familia. Al acabar los estudios, desempeñarse profesionalmente unos años fuera de casa permite comprobar que hay distintas maneras de hacer las cosas .
Quienes pasan muchos años en la misma empresa, y más si es familiar, tienden a creer (y sostener) que su compañía es única por unas peculiaridades y limitaciones que no se dan en otras instituciones.
El que ha pasado por varias empresas sabe por experiencia que en todas partes los recursos son limitados, que hay profesionales generosos y profesionales mezquinos, unos que van a por todas y otros que procuran trabajar lo mínimo posible, o que no siempre el mérito o la recompensa se la lleva el que más lo merece.
Ha visto que se hacen más chapuzas de las que se quiere reconocer, y que lo urgente suele imponerse sobre lo importante. Es decir, que antes de incorporarse a la empresa familiar es consciente de que en todas las organizaciones hay problemas .
También ha percibido que con frecuencia al jefe hay que obedecerle aunque no tenga razón. Ha comprobado lo absurdos que pueden llegar a ser unos reglamentos impuestos desde las alturas. Se ha dado cuenta de hasta qué punto un jefe puede condicionar la vida de sus subordinados y afectarla negativamente con sus cambios de humor, encargos de última hora o modificaciones de planes causados no por exigencias del mercado sino por su improvisación o desorden.
Para el familiar que se incorpora como directivo de cualquier nivel en la empresa de sus parientes, haberse forjado un currículum en otra compañía (con éxitos y fracasos) contribuye a ser percibido como un profesional capacitado y competitivo y refuerza la propia autoestima, que también tiene importancia.
Quien ha adquirido prestigio sin contar con la protección del paraguas paterno no necesita dedicar tiempo y energía emocional a demostrarse y demostrar a los demás su valía.
Para quien va a suceder al fundador (y para cualquier otro familiar que trabaje en su empresa) tiene mucho valor ser consciente de que está allí porque él lo quiere. Es muy frustrante creer que sigue allí porque no le queda más remedio dado que sería incapaz de encontrar un empleo alternativo en un mercado laboral competitivo, con la misma remuneración y estatus y por no haber demostrado su valía.
muy de acuerdo con estas reflexiones, sobre el trabajo fuera de la empresa familiar. Yo mismo aplique este criterio y estoy muy satisfecho del resultado.
Estimado Maties,
Me alegro que hayas obtenido buenos resultados. Trabajar fuera, como experiencia no solamente enriquece a la persona que lo hace, sino a toda la empresa familiar. Contar con experiencias externas vividas en primera persona ayuda a romper la endogamia.
Saludos
Josep