En las conferencias y debates sobre empresa familiar siempre está presente: ¿qué hacemos con los “políticos”?
Es sin duda uno de los temas más complejos y difíciles de abordar porque toca las fibras más sensibles del tejido emocional y relacional de toda familia y por supuesto las familias empresarias. No caben las generalizaciones. En algunos casos los familiares políticos son una bendición, porque aportan la imparcialidad y tienden a dar “aire fresco” a las a veces estancadas relaciones familiares. Tenemos muchísimos casos de los grandes directivos y presidentes de empresas familiares que marcaron historia consiguiendo grandes éxitos y crecimiento de las empresas que no iban a heredar. Pero también hay familias que ven a los “políticos” como intrusos, ajenos a los valores y la cultura familiar y prefieren mantenerles fuera del perímetro empresarial y patrimonial.
La elección de pareja, futuro familiar político, tiene mucho que ver con las propias costumbres y valores que la familia cultiva y traslada a los hijos. Es en base al modelo que aprendieron en la propia familia, que los hijos empiezan a constituir la suya, aunque a veces hay sorpresas.
Lo mejor que pueden hacer los empresarios familiares es hacer que los familiares políticos se sientan confiados y animarles a que expresen sus opiniones sobre cómo ven y cómo se sienten en su nueva familia.
No es un camino fácil y requiere en primer lugar mucha generosidad, compromiso y comprensión por parte de toda la familia empresaria. Es el punto de partida para entender que el punto de vista que tienen los familiares políticos como “externos” es una bendición para la familia , puesto que aporta una visión diferente que en un ambiente de confianza ayuda a resolver muchos puntos potencialmente conflictivos.
No se les puede recibir como intrusos, sino como observadores cuyos puntos de vista son muy válidos. En este punto cabe señalar que es de sentido común tener en cuenta que cuando sus puntos de vista son interesados o destructivos, su aportación ha de ser ignorada. Pero, en tal caso también sería recomendable preguntarse por qué se comportan de tal manera y como se reparte la responsabilidad de esa dificultad de relación.
Para responder a la pregunta de si los familiares políticos enriquecen o debilitan, primero hemos de ver cómo está la familia empresaria. Los familiares políticos son un buen reflejo del ambiente de confianza que se respira en la familia y un excelente indicador del clima familiar. Observando su integración y compromiso con los valores y la visión de su nueva familia podemos tener una idea bastante precisa de cómo está la familia en términos de de capacidad de acogida, reconociendo que hay casos que aun con mucha capacidad y buena disposición la cosa puede ser difícil. Es una cuestión de encaje.