En toda empresa, lo deseable es que todas las personas que la forman compartan un objetivo común. En la empresa familiar, además, también convendría que hubiera armonía en las relaciones familiares, para evitar que las tensiones interpersonales puedan influir negativamente en la marcha del negocio. Pero, ¿qué pasa cuando los miembros de la familia empresaria persiguen objetivos diferentes e incompatibles en relación con el negocio familiar? En estas situaciones es muy posible que se desencadene el conflicto.
Según la Real Academia Española, un conflicto es un combate o una situación desgraciada y de difícil salida. Sin embargo, también es posible hacer una lectura positiva del conflicto. Como se explica en el primer podcast de la nueva serie que acabamos de lanzar, el conflicto es algo natural, un elemento intrínseco del proceso de socialización que puede convertirse en una oportunidad de crecimiento, pero esto solo es posible si se gestiona de forma adecuada.
Cuando hablamos del conflicto hacemos referencia a las disputas, las diferencias, las controversias, las percepciones y los objetivos incompatibles entre individuos o grupos que interactúan en un espacio y un tiempo determinados. Si estas situaciones no se gestionan adecuadamente, pueden degenerar en tensiones. De hecho, es habitual considerar el conflicto como una experiencia negativa. La buena noticia es que es posible encontrar el lado bueno a las situaciones conflictivas: si somos capaces de abordarlas adecuadamente pueden tener una capacidad transformadora.
Por ejemplo, en la empresa familiar los conflictos pueden ser el catalizador necesario para revitalizar y desarrollar los tres sistemas que la forman: la familia, la empresa y la propiedad. Por eso resulta útil abordar los conflictos desde la perspectiva del modelo de los tres círculos
desarrollado por Davis y Tagiuri, como proponemos en los podcasts de esta serie.
De hecho, la mayoría de las crisis que se dan en las empresas familiares derivan de la coexistencia del sistema familiar y empresarial. El conflicto suele estar provocado por la posición que el miembro familiar ocupa en el conjunto sistémico, su percepción de lo que hacen los demás y lo que espera del proyecto empresarial.
Para poder abordar estas situaciones desde un punto de vista positivo es indispensable conocer las causas que generan el conflicto y los diferentes mecanismos con que abordarlo e intentar resolverlo. De entrada, es importante tener claro que en los conflictos no hay buenos ni malos, sino intereses distintos. Una situación conflictiva surge de la confrontación entre personas que tienen objetivos, percepciones o expectativas incompatibles. En el seno de la familia, estas expectativas adquieren mayor intensidad, porque a ellas se suma una inevitable carga de emotividad. La familia es un ámbito en el que el conflicto aparece y tiende a enquistarse y a transmitirse a través de las generaciones si no se soluciona adecuadamente. Si además esa familia es propietaria de una empresa, sin duda estos conflictos afectarán a la gestión del negocio.
Con el objetivo de intentar evitar que las situaciones conflictivas desencadenen tensiones innecesarias y poder aprovechar el potencial transformador de los conflictos, la nueva serie de podcasts reflexiona sobre los motivos que suelen provocar conflictos en la empresa familiar y propone mecanismos para abordarlos desde una perspectiva positiva.
¿Qué recomendaciones daríais vosotros para resolver los conflictos de forma pacífica y constructiva? Os animo a compartir vuestras experiencias a través de los comentarios de este post.
Josep Tàpies es el titular de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE y Profesor emérito del Departamento de Dirección Estratégica del IESE.
Para que los conflictos sean beneficiosos para la empresa es necesario generar un espacio de confianza, donde se permita y fomente la discusión abierta entre los miembros que la componen.
Tenemos que destacar la importancia que tiene a la hora de gestionar correctamente un conflicto contar con una VISION Y MISION compartida y actuada por todas las personas que componen el sistema Empresa Familiar, lo cual nos va a permitir guiar el desarrollo de los mismos en pos de la consecución de los objetivos organizacionales.
Saludos, y gracias por los posts
Gracias profesor Tàpies. Interesantisimo tema. Mi aportación:
Si en una empresa familiar ( y en las no familiares también) pretendemos que no se haya conflictos, vamos a fracasar. Es lógico y natural, y hasta enriquecedor, que en las relaciones familiares y empresariales entre miembros de una familia existan diferentes puntos de vista, intereses, necesidades y expectativas. Por tanto conflictos siempre surgirán. Lo realmente importante es que cada empresa familiar aprenda a gestionar y solucionar estos conflictos. Será necesario definir unos mecanismos formales donde plantear y discutirlos dependiendo a que ámbito afecten (familia, propiedad, gobierno o gestión) y otros serán informales (conversaciones padre-hijo o hermano-hermano).
Por encima de estos mecanismos es imprescindible una serie de valores y virtudes que deben fomentarse ( y esto no se improvisa en unos meses) entre los miembros de la empresa familiar: humildad, empatía, lealtad, respeto a la autoridad y a la diferencia, generosidad, orgullo de pertenecer a la familia…
No es fácil, pero veamos el conflicto no como una amenaza si no como una oportunidad de mejorar y de fortalecer la familia empresaria.
Apreciado Álvaro,
no puedo estar más de acuerdo con lo que comentas. Como explico en el post, un conflicto bien gestionado es una oportunidad de aprendizaje, crecimiento y mejora.
Gracias por compartir tu punto de vista.
Un saludo,
Josep Tàpies
Quiza este tema es de los mas importantes, complejos y difíciles de solucionar en el ámbito de la empresa familiar en donde para conseguir el éxito es necesario conjugar la propiedad,la empresa y la familia evitando conflictos.En las empresas en las que he tenido presencia en su Consejo he podido apreciar conflictos de intereses muy fuertes y que por mucho esfuerzo que el Consejo hiciese para solucionarlos incluso de forma ventajosa para todos siempre ha quedado una señal de tensión difícil de borrar.En mi experiencia he visto conflictos en los que des afortunadamente hay buenos y malos con intereses muy distintos difíciles de conciliar por falta de conocimientos ,experiencias empresariales, y en muchos casos de educación y forma de ser. En fin,,,como siempre enhorabuena por tratar asuntos de tanto interés para todos,,gracias .
Apreciado Luis Fernando,
ciertamente la gestión de conflictos es un tema crítico, y más en una empresa familiar donde es necesario conjugar propiedad, empresa y familiar, como bien señalas. Quizás es importante hacer un sobreesfuerzo para entender que no hay buenos ni malos sino intereses distintos. Despersonalizar los temas puede ayudar.
Un saludo,
Josep Tàpies