A menudo, cuando imparto una conferencia o charlo con directivos o estudiantes de máster sobre empresa familiar, surgen en la conversación varios tópicos, como que todas las empresas familiares son PYMEs, que son negocios anticuados o que no sobreviven muchos años. Sin duda, se trata de falsos mitos que no se corresponden con la realidad, como demuestran numerosos estudios.
Es cierto que muchas empresas (familiares) son PYMES, y fijaos que escribo el «familiares» entre paréntesis, porque también muchas empresas no familiares lo son. ¡El mundo está hecho de pymes! Según el working paper Demografía de la empresa española, en España solo el 0,35% de empresas tienen más de 250 empleados. Si miramos a la Unión Europea, el porcentaje de empresas que iguala o supera este tamaño es del 0,50% y asciende a un 0,65% en Estados Unidos. Es decir, que las empresas con más de 250 trabajadores suponen menos de un 1% del total en todos los casos.
Por otra parte, creo que a estas alturas nadie duda ya del papel destacado que tienen las empresas familiares sean o no pymes en el tejido empresarial. Este tipo de empresas genera más del 70% del PIB de España y el 75% del empleo, según señalaba la segunda edición del Barómetro de Empresa Familiar de KPMG. Y según el Global Family Business Index elaborado por la Universidad de St.Gallen (Suiza) en colaboración con Ernst & Young, diez empresas familiares españolas figuran entre las 500 empresas familiares más importantes del mundo, atendiendo a su facturación.
De la edad de las empresas familiares hemos hablado largo y tendido en el libro Empresa familiar: ni tan pequeña, ni tan joven, que os podéis descargar gratuitamente. No es difícil encontrar ejemplos de empresas familiares centenarias (y algunas con más de dos siglos de vida): solo tenéis que echar un vistazo al libro 100 familias que cambiaron el mundo. Las empresas familiares y la industrialización (también de descarga gratuita).
Podríamos decir que muchas de estas empresas familiares son conservadoras, en el sentido de que quieren conservar el legado para las siguientes generaciones. Pero esto no es un rasgo negativo ni está reñido con la innovación: sin dinamismo y capacidad de adaptación no hubieran alcanzado la longevidad que les caracteriza. De la misma manera que no lograrían llegar a esta edad si no fueran capaces de profesionalizar su estructura y su gestión. El control familiar del negocio es compatible con la profesionalización.
En la Cátedra de Empresa Familiar somos conscientes de la existencia de estos tópicos en torno a la empresa familiar y, fieles a nuestro compromiso con la divulgación del conocimiento sobre este ámbito, hemos querido desmentir 6 falsos mitos sobre la empresa familiar en esta infografía.
Creemos que son los principales tópicos pero sabemos que no son los únicos. ¿Conocéis algún otro falso mito sobre empresa familiar? ¡Os invito a compartirlo en los comentarios!