El tiempo es el recurso más valioso que tenemos, hay quien dice que es incluso más valioso que el dinero. El tiempo es limitado: los días tienen 24 horas para todos, sin distinción, y por eso es importante invertirlas bien. Es muy posible que más de una vez te hayas preguntado a qué dedicas tu tiempo, pero ¿has analizado a quién se lo dedicas?
“El tiempo que pasas con una persona representa el que no has dedicado a otra persona, que podría interpretar que no la valoras tanto”, explica Nitin Nohria, decano de Harvard Business School, en esta entrevista publicada en IESE Insight. Esta dimensión simbólica del tiempo me parece interesante, porque indica a los demás tus prioridades.
Como directivo, a quién y a qué dedicas tu tiempo refleja lo que realmente te importa, así que la planificación de tu agenda se convierte en una cuestión crítica.
Desde 2006, Nohria y el profesor Michael Porter investigan qué hacen con su tiempo los CEO que participan en el programa “New CEO Workshop”. Sorprende descubrir que muchos directivos que creían saber gestionar su tiempo se sienten desbordados cuando pasan a ocupar el cargo de CEO. Esto se debe a que muchas más personas reclaman su atención, pero su tiempo sigue siendo el mismo. “Y cuando estás tan solicitado, tiendes a planificar cada minuto”, explica Nohria. Gran error, pues los resultados de su estudio sugieren que hay que dejar huecos libres en la agenda.
¿Para qué hay que dejar huecos? Pues precisamente para estar más disponible. Pero, ojo, eso no significa que haya que quedarse en el despacho esperando a recibir visitas, aunque sea lo más cómodo. Los autores recomiendan a los directivos ser más proactivos con la gestión de su tiempo: salir más, reunirse con la gente en su terreno, pasear por la oficina para tomar el pulso al día a día.
Aunque puede ser muy tentador aprovechar esos momentos para atacar la bandeja de entrada, siempre atestada de correos pendientes, según Nohria y Porter esa “es la peor forma de aprovechar esos huecos libres”. Es mucho más útil invertir ese tiempo en descubrir de primera mano lo que sucede a tu alrededor que quedarse anclado ante la pantalla del ordenador o enganchado a la del móvil.
Otro punto crítico es cómo repartir el tiempo entre las personas de dentro de la empresa y las de fuera. La investigación de Nohria y Porter señala que los CEO dedican alrededor del 70% de su tiempo a los asuntos internos y el 30% restante a los externos. El peligro es que, si te vuelcas demasiado en tu equipo, puedes estar descuidando a stakeholders externos como clientes o inversores. Y lo mismo sucede a la inversa.
En el caso de la empresa familiar, además, hay que sacar tiempo de calidad para dedicarlo a los miembros de la familia. Nada hay más letal para una empresa familiar que la falta de atención a la familia.
El tiempo no depende de nosotros, pero está en nuestra mano decidir cómo lo gestionamos, en qué y en quién lo invertimos.