En la expresión “empresa familiar”, ¿cuál es la palabra clave, empresa o familiar? Según Peter Drucker, la palabra determinante debería ser “empresa” y no “familiar”, como se recoge en el libro Drucker esencial (Editorial Edhasa). Estoy totalmente de acuerdo con él. Me gusta decir que en empresa familiar es el sustantivo y familiar el adjetivo calificativo. Sin sustantivo el adjetivo no procede.
Añade Drucker que “tanto la empresa como la familia sobrevivirán y prosperarán solo si la familia sirve a la empresa. Ninguna de las dos funcionará si la empresa es gobernada para que sirva a la familia”. Un negocio que solo busque el beneficio de la familia difícilmente tendrá una dilatada trayectoria. Las empresas familiares buscan ser rentables, por supuesto, pero sus objetivos van mucho más allá, como ya hemos dicho en múltiples ocasiones.
Las empresas familiares buscan contribuir a la comunidad y trascender las generaciones familiares. “Más que una herencia es un verdadero legado”, en palabras de Arthur Gregg Sulzberger, editor del New York Times y miembro de la cuarta generación de la familia propietaria. Desde que Adolph S. Ochs adquirió el periódico en 1896, el diario pertenece a la misma familia.
Aunque en 2009 la familia Sulzberger tuvo que venderle parte de las acciones de la empresa al multimillonario mexicano Carlos Slim para poder inyectar dinero en el periódico, como explican en XL Semanal, el actual editor asegura que no tuvo miedo de que la familia pudiera perder el control del negocio. Explica que “nunca existió esa preocupación. Nuestro compromiso con el Times sigue vivo, nunca se ha cuestionado”.
Mantener viva la esencia de un negocio familiar durante más de 160 años no es fácil, especialmente en un sector como el de los medios de comunicación, que se ha visto duramente afectado por las crisis económicas y en las últimas décadas también por la digitalización. ¿Cuál es la clave para la supervivencia? Consciente de que el negocio mediático cambia cada día, Sulzberger no lo duda ni un momento: “Lo importante es tener claros tus pilares. Solo cuando tienes una convicción profunda de lo que permanece, puedes embarcarte en cambios”. Explica que, si una empresa continuamente se lo cuestiona todo, será imposible que tenga éxito. Hay que tener clara la esencia para poder innovar sobre unos cimientos fuertes.
No es la primera vez que hablo de Drucker y de empresa familiar en el blog. Hace algún tiempo recogí las 4 reglas para que la empresa familiar perdure en el tiempo según el padre del management. Permitidme recuperarlas brevemente al hilo de esta reflexión:
- Los miembros de la familia solo trabajarán en la empresa si son competentes y están dispuestos a trabajar más que nadie.
- Ningún miembro de la familia desempeñará funciones de alta dirección si no está capacitado. De hecho, Drucker va más allá y propone que al menos uno de los puestos directivos esté ocupado por alguien externo a la familia.
- Se contratará a profesionales externos para cubrir los puestos clave de la empresa y se les tratará como a iguales, aunque no sean parte de la familia.
- Las generaciones más jóvenes iniciarán su carrera profesional en otras empresas antes de unirse al negocio familiar.
Dice Drucker que, aunque son pocas reglas, las empresas familiares deberían ser “muy estrictas” en su aplicación si desean garantizar su futuro. En el fondo, de lo que se trata, como decía al principio del post, es de centrar la atención en la empresa y no en la familia, cuando se abordan cuestiones de management. Como ya he dicho en otras ocasiones, la clave está en tratar a la empresa como una empresa y a la familia como una familia.