En un entorno global de rápida evolución, el crecimiento no es una opción para las empresas familiares sino una necesidad imperiosa para asegurar su continuidad y éxito a largo plazo.
Esta reflexión y la importancia de las alianzas estratégicas estaban en el punto de mira durante el primer Foro de Reflexión de Empresas Familiares, organizado recientemente por el IESE y el Instituto de Empresa Familiar.
Elaborado en colaboración con la investigadora posdoctoral Jessenia Davila, este artículo es el primero de una serie sobre las ideas exploradas en dicho foro.
Las ventajas de las alianzas estratégicas
Cuando la rapidez es reina, el crecimiento orgánico se percibe a menudo como un camino evolutivo, posiblemente demasiado lento para el ritmo acelerado del mercado global actual.
Frente a este desafío, las alianzas estratégicas ofrecen un acceso más rápido a nuevos mercados, tecnologías avanzadas y conocimientos especializados, aunque requieren atención a no sacrificar la autenticidad ni los valores que definen cada empresa familiar.
Además de promover procesos como la internacionalización, la expansión, la innovación y la diversificación, las alianzas estratégicas ofrecen otras ventajas interesantes.
Para empezar, representan un camino único que se puede adaptar a las necesidades de la empresa familiar gracias a la gran variedad de socios estratégicos.
Un claro ejemplo es la alianza poco convencional entre BMW y el conglomerado familiar francés LVMH, ambas marcas de lujo y prestigio, que permitió apalancar sus valores compartidos de alta gama al crear Louis Vuitton una línea de maletas diseñadas exclusivamente para un modelo específico de BMW.
A pesar de ser poco habitual, resultó ser una colaboración coherente y natural, dada la autenticidad de su enfoque y su orientación a un público exclusivo.
En segundo lugar, las alianzas ofrecen una fuente de apoyo vital durante procesos de sucesión o transformación como la profesionalización de la gestión, además de promover la expansión financiera de la empresa.
La experiencia de Puig ilustra este punto. Con sede en Barcleona, Puig es una empresa familiar de tercera generación dedicada a la moda y las fragancias, que a lo largo de décadas, se ha ido reduciendo la participación familiar en cargos ejecutivos, designando al actual CEO como último miembro de la familia en ocuparlos.
En 2023, también anunció su intención de abrir el capital a miembros externos mediante la salida a bolsa en 2024. De esta manera, Puig demonstró su compromiso de seguir atrayendo inversores y garantizar la continuidad y el crecimiento de la empresa.
Historias de éxito
Las historias de éxito de empresas familiares que han llegado a la cima en sus sectores mediante alianzas estratégicas demuestran cómo la sinergia entre empresas y sus aliados es posible manteniendo la tradición y el legado familiar incluso cuando estas alianzas surgen entre competidores.
Tal es el caso de las alianzas entre Zara con la marca deportiva Everlast, la firma de lujo Susan Fang, y la marca alemana de diseño sostenible Kasel Edition o el reciente acuerdo entre Puntonet Empresas y Movistar en Ecuador para fortalecer la conectividad y optimizar los servicios de telecomunicaciones.
Consideraciones clave
Las alianzas pueden impulsar el crecimiento de las empresas familiares españolas, especialmente las pymes, pero es fundamental entender la dinámica entre los socios para el éxito de estas colaboraciones.
Esto comienza por una selección cuidadosa de aliados con valores afines y objetivos que se complementen para asegurar la alineación en las prioridades entre la familia empresaria y sus socios.
En ese sentido, establecer de manera clara los roles, las expectativas y los objetivos comunes es vital para prevenir conflictos y fomentar una cooperación efectiva.
También es importante mantener una comunicación abierta y transparente que permita gestionar las diferencias culturales y operativas, y planificar un mecanismo de salida desde el inicio por si los resultados no cumplen con lo esperado.
En esta delicada colaboración, lo primordial es el compromiso inquebrantable de la dirección hacia el futuro de la empresa, lo que a veces resulta difícil debido al lógico temor a la pérdida de control.