¿Qué se merece la empresa de su familia propietaria?

En mi último artículo de noviembre compartí algunos aspectos referentes a qué se merecen los accionistas familiares recibir de su empresa.

En este articulo reflexiono sobre la visión desde la otra parte: ¿qué espera la propia empresa de sus accionistas familiares?

Respuesta: el desempeño responsable y eficiente de su rol de accionista. Fácil de decir, y en ocasiones, difícil de aplicar.

Empecemos por lo intrínseco de la empresa familiar: la propiedad de las acciones se transmite de generación en generación, por tanto, hay que prepararse para merecer lo que se recibe.

Le corresponde a la propiedad el derecho, pero a la vez la responsabilidad, de decidir en temas fundamentales para asegurar la continuidad, cuidar de las personas de la empresa y proteger los activos empresariales.

Entre otros: definir la misión y la visión, la delegación de poder, el sistema y la estructura de administración, y el nombramiento de las personas para los distintos roles.

Así mismo, establecer algunos parámetros económicos con impacto patrimonial relevante, en especial, nivel de deuda versus recursos propios, utilización del cash flow libre para dividendos, inversiones y operaciones corporativas.

Para todo ello es fundamental y necesario que los accionistas se formen y se informen para el cumplimiento de sus obligaciones, y el ejercicio de sus derechos.

Heredar acciones de una empresa en funcionamiento supone una responsabilidad frente a todos sus empleados, proveedores y clientes. Para muchas personas, y sus familias, su trabajo en la empresa es fundamental, y dependen de ella para su progreso y bienestar.

Misión, visión y valores familiares

Un primer ámbito de responsabilidad como propietarios, es la transmisión de la misión, la visión, y los valores familiares a su propia empresa familiar.

Hay que asegurar que las decisiones, el estilo de dirección, y las políticas y criterios en la gestión diaria de la empresa encajan con este marco que la familia propietaria ha de definir, y trasmitirlos, con el propio ejemplo de sus actuaciones, dentro de un contexto de unidad y compromiso de todos los accionistas.

Nombramientos de familiares y no familiares

Otro segundo ámbito, y una vez decididos el sistema y la estructura de gobierno y dirección, es el nombramiento de las personas para los distintos roles, tanto de la familia como externas, para desempeñar cargos de administradores y altos directivos.

Tener un conocimiento amplio de la dimensión de las personas: personalidad, talante, valores, liderazgo y capacidades, permitirá acertar en los nombramientos para que los accionistas estén adecuadamente representados en el gobierno y dirección de la empresa.

En el caso de los candidatos familiares, debe prevalecer su autoconocimiento de sus propias capacidades para aceptar los cargos, y el criterio de meritocracia para aplicarlos los que los nombran.

Ámbito económico

El tercer ámbito es el económico. En ocasiones el argumento de algunos accionistas familiares, cuyo ámbito profesional está alejado del entorno empresarial, es que no saben o no les interesan los números ni las cuentas económicas.

Pero la paradoja es que anualmente en la junta de accionistas tienen que aprobar estas cuentas económicas del ejercicio anual finalizado y también la gestión de los administradores.

El siguiente argumento, es, que como confían en otros de la familia, que sí conocen el tema financiero, delegan y/o votan lo que los otros votan.

No es positivo que haya familiares que se vayan desvinculando y alejándose del desarrollo de su rol de accionistas.

Por el contrario, si demuestran interés y esfuerzo por comprender todos estos aspectos, y se forman para aportar valor y participar en las decisiones accionariales, están dando el mejor ejemplo para su siguiente generación como futuros accionistas.

En resumen, los stakeholders de la empresa esperan de los accionistas familiares estabilidad, protección, y compromiso a largo plazo con el proyecto empresarial.

 

Imagen en la home: Yibei Geng · Unsplash