Mi colega la profesora Marta Elvira me ha pedido si podía escribir sobre empresa familiar y globalización. Lo hago con mucho gusto pero con la sensación de que quizás el resultado del post pueda desilusionar un poco.
No me voy a referir en este post a las grandes empresas sino a las empresas medianas. Es decir, a aquellas que sitúan su facturación por encima de los 50 millones de euros según la definición de la Unión Europea.
Empecemos por comprender bien el mapa de las empresas (familiares y no familiares) en España, en la Unión Europea y en los Estados Unidos de América. Según nuestra investigación, el porcentaje de empresas con ventas superiores a los 50 millones de euros en España es el 0,10% y en los Estados Unidos de América, el 0,15%. Sé que los datos pueden resultar llamativos, pero son los que en su día obtuvimos del DIRCE (INE), y del U.S. Census Bureau.
Por lo que se refiere al la Unión Europea, los datos obtenidos en el Eurostat no eran muy distintos. El número de empresas de la Unión Europea que superan los 50 empleados son el 2,58% y las empresas con mas de 250 empleados solo representan el 0,50%. Así pues, ya se ve que estamos escribiendo para un porcentaje muy pequeño de empresas familiares, pues creo que se puede asumir sin grandes riesgos que para ser global hay que tener un cierto tamaño. He dicho muchas veces que la economía mundial está hecha de pymes y me reafirmo en ello.
Antes de la pandemia COVID-19, parecía que había que ser global o de lo contrario, pertenecías al pelotón de los torpes. Con la pandemia y la subsiguiente crisis en los suministros de determinados materiales, muchas empresas están reconsiderando seriamente sus niveles de exposición a la globalización.
Vayamos al tema de la empresa familiar. En mi experiencia con muchas empresas familiares, cuando ha surgido el tema de la globalización –o previamente el de la internacionalización –la pregunta siempre era la misma: ¿Y quién de la familia está dispuesto a vivir en ese país? He querido poner datos al principio porque ahora sabemos el tamaño de las empresas que se hacían esta pregunta y para ese tamaño la pregunta parece pertinente.
Esa pregunta nos lleva a la siguiente, que es esta: ¿Qué es el grado de familiarización? (lo que en inglés se conoce como familiness) y que Habbershon y Williams definieron como “el conjunto único de recursos que tiene una empresa determinada debido a las interacciones de los sistemas entre la familia, sus miembros individuales y la empresa”.
Conviene pensar en ello antes de hablar de globalización y de tantos otros temas en el ámbito de la empresa familiar. Porque el grado de familiarización condicionará, sin ninguna duda, grandes decisiones estratégicas.
Otro día podemos hablar del impacto de la familiarización (familiness) en la estrategia de la empresa y su desempeño.
Imagen en la home: Marcos Paulo Prado en Unsplash