¿Crisis en los países emergentes?

¡Lo que nos faltaba! Como no tenemos suficientes problemas en España y en Europa, ahora afloran problemas en los mercados emergentes. Eduardo Gual me envió ayer un mail preguntándome sobre el tema, a raíz de una noticia sobre la fuga de capitales de algunos de esos países. Me parece que se podría explicar así.

Suponga el lector que hace un tiempo decidió invertir en uno de esos países emergentes. La rentabilidad en Estados Unidos y en Europa era muy baja, porque las políticas monetarias habían reducido los tipos de interés a corto plazo hasta límites próximos a cero, y la promesa de mantener bajos los tipos a largo no favorecía tampoco invertir a plazos más largos en Europa, Estados Unidos o Japón. De modo que, buscando rentabilidad, usted colocó su dinero en un país emergente. Claro que corría un riesgo mayor, pero, a pesar de todo, era un riesgo bajo: los emergentes crecían, la demanda de primeras materias era elevada, las políticas económicas en esos países eran sensatas…

Pero un día aparecen problemas. China no crece tanto como esperábamos; si practica políticas expansivas, sus rentabilidades serán aún menores. Brasil también pìerde fuerza; además, hay movimientos sociales que asustan a los inversores. Los problemas se transmiten de unos países a otros (el llamado contagio): India, Sudáfrica, Turquía, Indonesia, Brasil, Tailandia, Indonesia, Malasia… y luego países que no son ya emergentes, como Corea del Sur, Taiwan, Singapur y Hong Kong. Si un país «de esos» deprecia su moneda, ¿por qué no otro, en el que yo tengo mi dinero?

La consecuencia es una salida de capitales. Usted vende las acciones de empresas de ese país, o la deuda pública de su gobierno, o los bonos privados… y se lleva el dinero. Usted vende activos de ese país y compra dólares o euros: la moneda del país se deprecia. La alarma cunde. Las autoridades, claro, toman medidas: para evitar que su moneda se deprecie, la compran en el mercado, vendiendo los activos que forman sus reservas de divisas (en dólares). O sea, venden deuda pública norteamericana, que habían comprado en los años buenos para guardar sus reservas; baja el precio de la deuda pública norteamericana y sube su rentabilidad, lo que hace más atractivo a otros inversores vender sus activos en monedas emergentes y pasarse al dólar… Menos dinero significa mayores costes de financiación –y menores expectativas de crecimiento y de beneficios. Recesión en los emergentes –y los capitales se mantendrán lejos durante un tiempo, por si acaso…

La historia es sobradamente conocida. Mientras los capitales se muevan libremente de unos países a otros, esas huidas de capitales, ora hacia los países emergentes, ora hacia los desarrollados, se repetirán. Cuando el entorno es estable, los emergentes ofrecen rentabilidad con bajo riesgo. Cuando el entorno es volátil, los desarrollados ofrecen seguridad. ¿Dónde acabará todo? La respuesta optimista es: no pasará nada; dentro de poco los inversores se darán cuenta de que el riesgo de los emergentes no es tan grande, la recesión no llegará o se acabará, y volverán a confiar en ellos. La respuesta pesimista es: tendremos otra grave crisis financiera internacional; la salida de capitales y la falta de financiación les introducirán en una recesión más o menos grave. Para nosotros, los menos favorecidos de los desarrollados, significa que nuestro riesgo parecerá menor.

Claro, me dice el lector, pero, Antonio, ¿qué pasará, de verdad? Espere un par de años, y se lo contaré con todo detalle.

3 thoughts on “¿Crisis en los países emergentes?

  1. Profesor, le tengo una inquietud, si esta «crisis cíclicas» pasan en los paìses desarrollados y en los emergentes, que nos queda a los demàs? como Perú Bolivia, Ecuador..no podrìamos llamarlos emergentes a nivel de China o Brazil , o si?

    1. Karina,
      Lo que está pasando ahora en los países emergentes y pasó antes en los desarrollados, parece que es fruto de desajustes importantes en el modelo económico. Mientras busquemos las soluciones solo en el ámbito técnico-económico, y nos olvidemos de otras dimensiones (social, política, ética), me temo que seguiremos cometiendo los mismos errores…

  2. Muy oportuna y bien enfocada su entrada de hoy profesor Argandoña. Para mi es la corroboración de cómo funciona el movimiento circular (la eficiencia poliana, de LP) en economía.
    La cosa termina en positivo, en estos casos de países emergentes, porque seguimos creciendo en población y tenemos que comer, dormir, etc.; sin haber llegado a las comodidades que ustedes abundan. Eso nos lleva a tener que producir para sobrevivir y como ya los «pobres» se han dado cuenta que hay que educar a sus hijos, tenemos una voleibolista que ha quedado cuarta en el último campeonato mundial, que vive entre calaminas y fríos de intemperie y otra que está siendo desalojada pero los «empresarios» ya vienen al rescate. Son las ventajas de la «superpoblación» en estos tiempos post-internetianos.
    Toda nuestra eficiencia provendrá de la gente nueva que tiene mucho ingenio «criollo» (le decimos así a la mezcla indígena- española, al mestizaje) que no puede detener el «movimiento circular» (eficiencia). En el Perú tenemos ejemplos como Santa Rosa o esta voleibolistas que de la nada se vuelven doctoras o campeonas mundiales.
    Y por si fuera poco, un ejemplo más, se ve cuando uno viaja por tierra fuera del Perú, se ve que la bruma va invadiendo el panorama y se le echa la culpa al frío, que se va haciendo cada vez más insoportable. Yo mismo, viajaba los fines de semana fuera de la ciudad donde residía, para escapar del smog. Pero los humos de escape de los buses se veía claramente incluso pasados varios minutos. Esto no lo había visto nunca antes en Lima y pensaba que era el frío. Pero al investigar en temas de contaminación por mi trabajo en Lima, leí un artículo de Ramón Mujica (español, ex profesor decano de Ing. Industrial de la u de piura) en que explicaba que la riqueza del aire de la costa peruana provenía del plancton marino, que a su vez, provenía del choque de la corriente de cronwell con la fosa de nazca y afloraba en Chimbote, al norte de lima haciendo de “abono” por los nutrientes que traía, alimentando al plancton. Esa diferencia de “aires” es tan notoria que se sigue intentando disimularla por lo importante que es a nivel mundial y no vaya a ser que estos «cholitos» se den cuenta.
    Ya se ve que … Saludos y gracias.

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