Siguiendo con la serie de los posts dedicados a los valores que guían a las grandes empresas familiares, llega el turno a uno de los valores que puede llamar la atención pero que caracteriza a muchas empresas familiares de éxito. Se trata de la humildad, un valor que impide que la soberbia y la vanagloria obstaculicen el crecimiento y el desarrollo del carácter humano y por ende de la empresa.
La humildad permite conocer las propias limitaciones y debilidades y actuar de acuerdo a tal conocimiento. Esta virtud no viene a negar cualidades verdaderas, sino a hacer florecer los talentos innatos.
Sin la humildad, la familia propietaria corre el riesgo de caer en el error de pensar que la titularidad será suficiente para responder a las exigencias de la gestión de una organización cada vez más compleja y sofisticada.
La humildad ayuda a poner cada uno a su sitio. En las empresas familiares donde habitualmente conviven varias generaciones, la jerarquía y el poder son dos de los principales elementos de discordia. No habría de ser así, pero muchas veces sucede porque no se actúa con la suficiente humildad.
Una excelente manera de practicar la humildad es aceptar ser corregido y guiado, agradeciéndolo como una colaboración que nos prestan para mejorar. Es un valor sumamente importante para la formación de las siguientes generaciones, porque en la empresa familiar, antes que mandar hay que haber aprendido a obedecer.
En el libro “Humildad y liderazgo: ¿necesita el empresario ser humilde?” mediante ejemplos de destacados propietarios y directivos de grandes empresas, Carlos Llano sostiene que la humildad no es atributo de camaleones sociales, sino de personas cuyo carácter refleja la paciencia, simpatía, generosidad, respeto, honradez y compromiso.
Llano reivindica el verdadero sentido de la humildad para forjar líderes que, con su ejemplo y congruencia, generen confianza en la organización. Sin embargo, algunos no entienden el significado e importancia de la humildad y no la identifican como el ingrediente más importante del liderazgo. La perciben como consuelo de incompetentes para disimular sus fallos, como atributo de conformistas o de fracasados; pero no de triunfadores.
Citando a mi querido amigo y colega de claustro Santiago Álvarez de Mon, el libro recuerda que la seguridad reside en las raíces firmes, seguras y propias y no en la ostentación de las ramas y que el afán de dominar es obsesión de los débiles.
Al hablar de humildad en el liderazgo, la importancia recae no en hablar, sino en escuchar. La dirección es más arte que ciencia. En un líder, la humildad ayuda a perfeccionar el arte de escuchar y hace resaltar todas las demás virtudes, porque como ya decía Cervantes, sin humildad no hay ninguna virtud que lo sea.
Josep Tàpies es el titular de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE y Profesor emérito del Departamento de Dirección Estratégica del IESE.
Me alegro de que recupere este valor tan necesario. Parece que la etimología de humildad tiene que ver con «humus», esa capa de tierra negra donde está la materia orgánica, y por tanto, tan propicia para que se desarrolle la planta. Y tiene sentido porque sólo podemos mejorar cuando somos conscientes de nuestros límites. La humildad tiene que ver con sabernos limitados. Un hombre humilde tiene conciencia de su grandeza y de su limitación. Para ser humilde, se requiere mucha seguridad en unos mismo, y también mucha sabiduria. Ser humilde es reconocernos en nuestra humanidad. Gracias por su post.
Estimada Berta,
Muchas gracias por tu comentario.
Efectivamente la etimología de la palabra nos recuerda que se trata de un valor que nos pone en contacto con la tierra que nos sostiene y por tanto nos hace sentir limitados
Saludos
Josep
Excelente post. Este es uno de los valores que más nos cuesta tratar con nuestras empresas familiares, cuando se plantea el tema de la Humildad en general lo relacionan con el valor dinero y no con una actitud de escucha y apertura. Además es esencial para saber que es una puerta para que el ego se calme y se permita registrar a las otras personas, que en definitiva forman parte del equipo . La humildad la podemos abordar desde un ámbito interdisciplinario, tiene que ver con posturas ante la vida, a veces producto de la misma historia de vida, que en algún momento hay que cortar para seguir avanzando.
Muchas gracias!!!!!!
Cristina
Estimada Cristina,
Muchas gracias por tu comentario.
Saludos
Josep
Me ha gustado mucho este post. La humildad es necesaria para progresar y también las empresas no familiares se ven lastradas por la falta de humildad de sus principales ejecutivos.
Estimado Miguel,
En entornos distintos a la empresa familiar es mas difícil mantener un marco de referencia de valores porque estos emanan de la propiedad. Si aquella no ejerce mas que en términos financieros, los valores que vaya a vivir la organización dependerán demasiado del máximo ejecutivo y este en su soledad puede creer que su patrón es el único válido. Afortunadamente hay lideres y consejos de administración de empresas no familiares que han demostrado tener un sólido marco de valores y es que esto al final depende, como casi todo, de las personas.
Saludos,
Josep
Querido Profesor JOSEP:
Me ha encantado este articulo, pues yo cuando empiezo mi trabajo en una Empresa Familiar, a veces
» tropiezo » con un hijo «poco humilde» que presume de lo que carece y le cuento el viejo chiste:
EL PRESIDENTE DE UN BANCO LE DICE A UN EMPLEADO SR,,,,,,,, LE FELICITO, DESDE QUE VD. ESTA EN EL BANCO HAN MEJORADO TODOS RATIOS ………….., Y HEMOS DECIDIDO NOMBRARLE DIRECTOR
GENERAL A LO QUE ESTE RESPONDE ! GRACIAS PAPA !
PUEDES SUPONER QUE ESE DIA ME ODIA, PERO AL CABO DE UN MES LO TENGO EN EL BOLSILLO.
Y LE EXPLICO QUE LA HUMILDAD NO ES SIGNO DE DEBILIDAD SINO DE FORTALEZA Y GENEROSIDAD, AL FINAL ME LO AGRADECE Y ACABAMOS SIENDO BUENOS AMIGOS.
Que no se me ofenda nadie, pues no es mi intención, pero como dicen de las Meigas HABERLAS HAYLAS.
Estimado Alex,
Como bien dices la humildad es signo de fortaleza. Es una de las mejores cosas que se les puede enseñar a las personas. Si se trata de herederos con mas razón
Saludos
Josep