Los activos intelectuales son el bagaje de conocimientos y de educación que tiene cada miembro de la familia empresaria, que puede haber adquirido a través de la experiencia y de la formación formal e informal. Es muy importante que los familiares estén preparados intelectualmente para ser parte (de forma activa o pasiva) de la empresa familiar.
A la hora de gestionar los activos intelectuales, es aconsejable:
- Desarrollar al máximo las capacidades personales intelectuales. Para lograrlo, es indispensable diseñar buenos planes de formación.
- Potenciar las diferentes habilidades de cada miembro de la familia, a través de formación de calidad, pluridisciplinar y de carácter internacional.
- Disponer de sistemas de información y comunicación claros y ágiles que permitan a todos los familiares conocer el sistema de gobierno familiar.
- Anticipar las necesidades de cohesión entre las distintas generaciones para poder darles respuesta antes de que se conviertan en un foco de tensiones.
Si se ponen en práctica estos cuatro puntos se conseguirá mejorar el capital intelectual de la familia a largo plazo y esta mejora tendrá un impacto positivo no solo en el patrimonio de la familia sino también en el funcionamiento de la empresa familiar.
¿Estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano para gestionar los activos intelectuales? ¿Somos conscientes de que los activos intelectuales son los únicos que nuestros hijos tendrán de por vida?
Para saber más
- Nota técnica «Un sistema de gobierno para las familias empresarias: más allá del family office» (DGN-653) Chiner A., Tàpies J. 2006
- Family Office: más allá del patrimonio económico: Cómo gestionar el patrimonio humano e intelectual, por Alfonso Chiner