Empieza un nuevo curso académico y con él vuelve también la actividad al Blog de Empresa Familiar. Septiembre es un buen momento para plantearse buenos propósitos, como ya apuntaba en el último post antes de vacaciones. Pensar en la sostenibilidad de la empresa puede ser una buena tarea para los próximos meses y saber más acerca de cómo gestionar los riesgos de forma efectiva puede ser un primer paso.
Precisamente a la gestión de riesgos dedicó la Revista IESE Insight su dossier central hace unos meses. Me pidieron que escribiera el artículo de apertura del dossier y lo titulé: ¿Por qué arriesgarse? En realidad, la pregunta es retórica pues la idea de riesgo es consustancial con el concepto de empresa de negocios. Como escriben Philip Bromiley y Devaki Rau en el artículo «Ante grandes riesgos, grandes remedios», incluido en el citado dossier, hay que asumir que los riesgos se pueden predecir y gestionar hasta cierto punto pero no totalmente. Si no, no serían riesgos.
Puesto que nunca vamos a poder evitar los riesgos del todo, los autores recomiendan poner el foco en lo que sí está en nuestra mano: lograr que la empresa y sus sistemas de gestión sean más adaptables y resilientes, de forma que puedan adaptarse mejor a los cambios y, por tanto, a los riesgos que puedan poner en peligro el futuro de la empresa.
La gestión de riesgos es un tema de vital importancia en un momento en el que los riesgos a los que se enfrentan las empresas son cada vez más complejos y requieren respuestas más ágiles, tal y como se puso de manifiesto en el último Foro Económico Mundial. Teniendo esto en cuenta, resulta preocupante saber que apenas el 39% de las grandes empresas europeas no cotizadas tenían una comisión de auditoría y riesgo en 2014, según un estudio elaborado por la Cátedra de Empresa Familiar del IESE en colaboración con Russell Reynolds. En España, esta cifra ascendía hasta el 57% mientras que en Alemania e Italia se reducía al 25%.
Volviendo al artículo de Bromiley y Rau, los autores recuerdan, muy acertadamente, que es imposible identificar, analizar y evaluar todos los posibles riesgos que pueden afectar al negocio. Asumido esto, dicen, es mejor dedicar los esfuerzos a identificar los riesgos estratégicos que obsesionarse por identificar y evaluar todos y cada uno de los posibles riesgos existentes. Si no, corremos el peligro de que los árboles no nos dejen ver el bosque.
Este cambio de enfoque no es baladí: ¿es más importante tener una relación exhaustiva de todos los posibles problemas o saber cuáles son aquellos que realmente podrían poner en grave peligro a la empresa? Sin duda, esto último es lo verdaderamente esencial: concentrarse en los riesgos estratégicos, esos que pueden llegar a amenazar la continuidad del negocio.
En las empresas familiares, los riesgos estratégicos pueden estar relacionados con la gestión empresarial o centrarse en los problemas derivados de la propiedad familiar. Es fundamental elaborar un mapa de riesgos de dos caras: los riesgos corporativos y de negocio y los riesgos familiares. Cada familia propietaria debería ser capaz de hacer esa lista.
En vuestra empresa, ¿tenéis identificados los riesgos estratégicos potenciales? ¿Habéis pensado cómo les haríais frente?
Es muy importante este consejo, el establecer los posibles riesgos en este tipo de empresas, porque justamente son estas empresas las mas dificiles de manejar ya que no existe una verticalidad sino que se involucran tambien temas personales, emocionales que hace que las decisiones por la empresa sean mas dificiles de tomar, por lo que deberia ser requisito indispensable al inicio de todo negocio familiar el poner las reglas de juego completamente claras.
Saludos
Muy acertada la visión desde la perspectiva de riesgos. Como asesor he visto los dos extremos, en uno, una familia empresaria dedicando tiempo a tener una clara definición del propósito familiar y el gobierno de su relación con sus negocios, y, en el otro, unos líderes familiares revisando el detalle de unos problemas (riesgos) menores cuando estaban ante evidentes cambios de entorno y un emergente reto de sucesión que no estaban siendo atendidos adecuadamente.
Verlo desde la perspectiva de riesgos ayuda hacer evidente que el recurso escaso (tiempo, atención) se podría aprovechar mejor.
Apreciado Luis Fernando,
Gracias por compartir tu experiencia como asesor. Sin duda resulta vital saber dedicar los recursos a lo que es verdaderamente esencial en el negocio. Como señalan los autores del artículo al que me refiero en el post, si nos obsesionamos por identificar todos y cada uno de los riesgos potenciales de la empresa, es posible que los árboles no nos dejen ver el bosque. Lo que es de verdad relevante es saber cuáles son los riesgos que pueden poner en peligro el negocio, pues esos son los que deberían abordarse en primer lugar.
Un saludo,
Josep Tàpies
Magnifico comienzo de curso con el tema de riesgos en un momento de tantas incertidumbres políticas y económicas a niveles locales y globales.Precisamente este verano nos hicimos muchas preguntas que tratamos de responder en un estudio de verdadera reflexión sobre riesgos de mi empresa en lo fiscal,normativas regulatorias,inversión,organización,crecimiento,técnico, y de origen externo y ajeno al negocio pero que puede afectarnos.Finalmente hicimos un mapa de riesgos con definición de alto, medio,y bajo así como medidas para reducir su nivel.Mi particular recomendación es que merece la pena hacer ese esfuerzo de pensamiento. Lo único que no supimos enfocar debidamente, por ahora, son los riesgos familiares y es por ello que estos blogs son tan importantes para fustigar nuestro ingenio. Muchas gracias Josep por ayudarnos a hacerlo.
Apreciado Luis Fernando,
muchas gracias por el comentario y por compartir tu experiencia. El verano es un buen momento para plantearse este tipo de reflexiones.
En las empresas familiares, tal y como señalo en el post, los riesgos estratégicos pueden hacer referencia al negocio o a la propiedad. A lo largo de las próximas semanas daremos algunas pautas para hacer frente a los dos tipos de riesgos. Ojalá estos posts os resulten inspiradores.
Un saludo,
Josep Tàpies