Luces y sombras de la convivencia intergeneracional en la empresa familiar

La mayoría de las empresas familiares esperan que en el futuro sean las siguientes generaciones las que tomen el relevo al frente del negocio. Según la séptima edición del Barómetro europeo de la empresa familiar, que publican cada año KPMG y el Instituto de la Empresa Familiar (IEF), casi la mitad de empresas familiares encuestadas tienen previsto impulsar este relevo durante el próximo año.

Leyendo este dato, me pregunto cuántas generaciones estarán ahora mismo conviviendo en estas empresas familiares, ya sea en la gestión, en la propiedad o en el gobierno. La convivencia generacional es un reto, pero también una gran oportunidad.

“La principal dificultad es que la convivencia de dos generaciones hace más difícil romper con viejos modelos”, nos contaba en una entrevista Ramon Roqueta, director general de Roqueta Origen. Desde que se incorporó a la empresa familiar, este joven directivo ha convivido profesionalmente con su padre, Valentí Roqueta, presidente de la compañía.

Pero la convivencia intergeneracional también tiene ventajas. “Una sucesión larga y ordenada permite la transferencia de conocimiento y minimiza ciertos riesgos”, añade Ramon Roqueta. Y pone especial énfasis en los beneficios que supone “el diálogo que se establece entre generaciones”.

En la misma línea, la profesora del IESE Mireia Las Heras nos contaba hace unas semanas en esta entrevista que “para la empresa familiar es muy positivo que puedan convivir diversas generaciones, porque aportan diversos modos de ver una misma realidad”. La directora del Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE explica por qué resulta tan enriquecedora esta convivencia: las generaciones más maduras y con más experiencia “tienden a focalizarse más en los retos del largo plazo”, mientras que las más jóvenes “se centran más en el corto plazo y en cómo hacer que las cosas sucedan ya”.

Contar con distintos puntos de vista siempre es positivo, pero también hace que la gestión sea más compleja, al convivir distintas prioridades y criterios a la hora de decidir, como explica la profesora Las Heras. Por eso ella recomienda establecer unos criterios muy claros para la toma de decisiones, para evitar así tensiones.

Tenemos ya las Navidades a la vuelta de la esquina y seguro que muchos de vosotros celebraréis estas fiestas en familia. En estos encuentros, compartiréis mesa varias generaciones, cada uno con sus preocupaciones y con sus ilusiones, pero todos con un objetivo común: disfrutar de estas fechas.

Los encuentros navideños pueden ser una buena ocasión para reflexionar sobre la convivencia intergeneracional de la que os hablo en este post. Siempre digo que hay que tratar a la familia como una familia, y a la empresa como una empresa, y está claro que estas reuniones tienen un carácter familiar y no de negocios. No obstante, son una buena oportunidad para darnos cuenta de la riqueza que supone que varias generaciones de la familia puedan compartir tiempo y proyectos.

Aprovecho para desearos unas felices fiestas en compañía de los vuestros. El Blog de Empresa Familiar se toma también un descanso navideño hasta después de Reyes. Volveremos el 7 de enero. ¡Feliz Navidad!