Reflexionaba en mi último post sobre la paradoja de la empresa familiar que se desprende del Edelman Trust Barometer 2017: Family Business. Pese a que suele decirse que estas empresas despuntan por su visión a largo plazo, su capacidad de innovación y su capacidad de generar empleo, los resultados de esta investigación advierten que en realidad la sociedad no las percibe de esta manera.
No obstante, a pesar de estas percepciones negativas, el mismo estudio señala que las empresas familiares siguen generando más confianza que las empresas en general: gozan de una ventaja de 16 puntos a nivel mundial. Y digo que siguen generando más confianza porque esta ventaja ya se apuntaba en la edición de 2014 del Edelman Trust Barometer.
¿Por qué se confía más en las empresas familiares? Según Richard Edelman, presidente y CEO de Edelman, se debe a las opiniones favorables de sus empleados y clientes. Una gran mayoría de los empleados de empresas familiares recomendaría los productos y servicios de su empresa, y también recomendaría su organización como empleadora.
Además, quienes trabajan en empresas familiares están más comprometidos con la consecución de objetivos y se sienten más motivados por hacer bien su trabajo que los empleados de empresas no familiares.
Según esta investigación, la propiedad familiar ofrece más ventajas: más del doble de encuestados preferiría trabajar para una empresa familiar y una amplia mayoría estaría dispuesta a pagar más por los productos y servicios si provienen de una empresa familiar. Lástima que poco más de la mitad de los encuestados sepa si las empresas con las que se relaciona son o no de propiedad familiar.
Como vemos, todo tiene sus claroscuros. Los resultados del Edelman Trust Barometer que comentaba en el último post no son positivos, pero sí lo es el hecho de que la empresa familiar genere más confianza que la no familiar, especialmente cuando la desconfianza en las instituciones aumenta año tras año, según señala ese mismo estudio.
Según este barómetro, los medios de comunicación, los gobiernos, las empresas y las ONG deberían ir más allá de sus papeles tradicionales si quieren recuperar la confianza de los ciudadanos. En el caso de las empresas, se espera de ellas que tengan un rol activo en la sociedad y que sean un agente innovador.
A juzgar por los resultados, las empresas familiares juegan con ventaja a la hora de cumplir estas expectativas. Los encuestados destacan que estas empresas están más comprometidas con la comunidad en la que operan: consideran que son más respetuosas con las costumbres locales y que reinvierten sus ganancias allí donde se generan.
En resumen, podríamos decir que las empresas familiares tienen que mejorar en la comunicación de sus fortalezas, para ser percibidas como las organizaciones innovadoras, generadoras de empleo y con visión a largo plazo que son. Pero a la vez juegan con ventaja porque los ciudadanos confían en ellas y las perciben como organizaciones comprometidas con la comunidad. Sin duda estos datos pueden ser muy útiles para diseñar la estrategia de comunicación del año que justo acaba de empezar, ¿no os parece?