Leyendo el artículo de Josh Baron, Rob Lachenauer y Sebastian Ehrensberger en la Harvard Business Review, me ha parecido que vendría bien recordar algo que hemos comentado muchas veces pero que nunca está de más volver a recordar: la importancia de separar las distintas esferas de la empresa familiar para evitar tensiones y malentendidos. Y hay que reconocer que los autores le han dado un enfoque original.
Baron, Lachenauer y Ehrensberger explican que, de la misma forma que en una casa separamos la cocina del dormitorio y del baño, también deberíamos separar la toma decisiones en la empresa familiar. El artículo establece una analogía entre una empresa familiar y una casa que creo que resulta muy ilustrativa.
Según explican los autores, las empresas familiares que funcionan bien cuentan con 4 habitaciones bien separadas y equipadas:
- La habitación de la propiedad
- La habitación del consejo de administración
- La habitación de la dirección
- La habitación de la familia
En cada una de estas estancias se toman decisiones y cada decisión debe tomarse en la habitación adecuada. Y en cada sala, el poder recae sobre personas distintas. Así, en la habitación de la propiedad se debatirá la posibilidad de salir a bolsa o la política de dividendos, pero no se abordarán conflictos familiares. En la habitación del consejo de administración se decidirá quién será el nuevo CEO de la empresa, pero no dónde estudian los miembros de la siguiente generación de la familia propietaria. En la sala de dirección se tomarán decisiones ejecutivas, pero no se decidirá la política de dividendos. Y en la habitación de la familia se definirán los proyectos filantrópicos pero no las líneas estratégicas del negocio.
Algunas personas pueden “tener una silla” en varias estancias, si desempeñan varios roles. Por ejemplo, un miembro de la familia que sea miembro del consejo de administración y posea acciones algunas veces estará en la habitación de la familia, otras en la sala del consejo de administración y otras en la habitación de la propiedad. En cada una de ellas se comportará de manera diferente, atendiendo a la función que desempeñe en ese momento.
El modelo de cuatro habitaciones ayuda a establecer límites de decisión. ¿Pero qué pasa si la empresa familiar se asemeja más a un loft que a una casa de 4 habitaciones? ¿Y si solo tiene una o dos estancias, pero falta el resto? ¿Qué ocurre si las habitaciones están desordenadas o los límites entre unas y otras están poco claros? Responderé a estas preguntas en el próximo post.