Innovación e internacionalización son dos constantes en los 120 años de Miele, como explicamos en el artículo que hemos publicado In Family Business. Pasar de fabricar desnatadoras a fabricar lavadoras, e introducirse en el mercado del mobiliario de cocina, ampliando así su cartera de productos con secadoras y lavavajillas es una buena muestra de este espíritu innovador. Todo un ejemplo de cómo diversificar basándose en las capacidades propias que les hacían diferenciales.
Otro rasgo que caracteriza a esta marca de electrodomésticos y que se mantiene a lo largo de toda su historia es el de tener muy clara su filosofía. Los fundadores apostaron desde el principio por productos duraderos, de calidad y de precio elevado. La compañía estaba tan convencida de la calidad de sus productos que ya en 1916 ofrecía una garantía de 10 años, como explican en su página web.
Durante toda su historia, Miele ha buscado siempre cumplir estos objetivos de calidad y durabilidad, lo que en gran medida ha facilitado el posicionamiento de la marca entre las mejor valoradas del mercado de electrodomésticos. Su lema se ha convertido en la filosofía de la empresa: “Immer besser” (siempre mejor).
Un buen ejemplo del interés por mantenerse fiel a su filosofía original lo encontramos tras la caída del Muro de Berlín. En aquellos años, muchas empresas optaron por deslocalizar la producción hacia países con una mano de obra más barata, para reducir costes. Sin embargo, Miele mantuvo toda la producción en Alemania.
La moda de la deslocalización no afectó a la voluntad de la marca, que apostó por la fabricación de calidad en su país de origen a pesar del alto coste de producción. La empresa mantenía así uno de los ejes centrales de su estrategia: los elevados estándares de producción, que garantizaban una mayor calidad y longevidad de sus productos.
En vuestra empresa familiar, ¿tenéis clara cuál es vuestra filosofía de negocio? ¿Sois capaces de lograr un crecimiento sostenible sin alejaros de los valores fundacionales? Tener clara la misión y la visión del negocio es imprescindible para no perder el rumbo y que las modas pasajeras no pongan en peligro la viabilidad de la empresa.
Otro aspecto que considero destacable en la historia de Miele es su preocupación por los empleados. Desde principios del siglo XX, la empresa destinó cuantiosos recursos a cuidar a su gente. Miele fue una de las primeras empresas que construyó casas y creó un fondo de pensiones para sus trabajadores.
En vuestra empresa familiar, ¿son los trabajadores una prioridad? ¿Contáis con políticas para cuidar a vuestros empleados? Toda inversión en el bienestar de los empleados revierte en positivo en la empresa: mayor compromiso, más productividad, mejor reputación… Como ya he dicho en otras ocasiones, las personas son el activo más preciado de toda empresa y la empresa como yo la concibo tiene la obligación de ayudarles en su desarrollo personal y profesional.
Josep Tàpies es el titular de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE y Profesor emérito del Departamento de Dirección Estratégica del IESE.